miércoles, 17 de abril de 2024

 





LAS COSAS SENCILLAS

-Cartel original del film.-
 
 “…Uno vuelve siempre 
a los viejos sitios donde amó la vida 
y entonces comprende 
como estan de ausentes las cosas queridas.
Por eso muchacha no partas ahora 
soñando el regreso 
que el amor es simple 
 y las cosas simples las devora el tiempo…” 

 Nos recuerda la canción del popular y famoso poeta argentino Armando Tejada Gómez, musicalizada y tantas veces interpretada por César Isella… 

 Emotiva canción, cuyo tema, humanista y universal, ha inspirado el interesante y bello filme francés Las cosas simples, del director Éric Besnard, distribuido en España por la empresa cualificada en cine de valores humanistas A Contracorriente Films, con el título Las cosas sencillas… 

 De las numerosas ocasiones que ha sido tratado por el cine, la literatura y la música, el tema humanista y universal, de todo tiempo y lugar, de las cosas sencillas o simples -que tantas veces dan sentido a la vida-, una de las más emotivas, sin duda, ha sido la popular canción de Las simples cosas de Armando Tajada y César Isella, que popularizaron internacionalmente, con sus sentidas y emotivas interpretaciones, César Isella y Mercedes Sosa… 

 Tejada e Isella, lograron reconocimiento, fama y prestigio internacional con las canciones, letra y música, de Las simples cosas y Canción con todos. De hecho, Canción con todos -traducida a una treintena de idiomas-, fue -declarada por la UNESCO, como himno y canción de Argentina y de América Latina e Himno de la Unidad de America Latina; contribuyendo a la difusión del tema de las cosas simples o sencillas, de los mismos autores, que podemos encontrar en internet y youtube…

Armando Tejada -poeta y letrista- y César Isdella -músico y cantante-.

 Conocedor o no, de referida canción de Las simples cosas, pero sí de su temática esencial de la naturaleza de las cosas y de la vida, Éric Besnard, ha realizado su filme Las cosas simples, con un planteamiento naturalista o de vuelta a los sencillos valores naturales de la vida… 

 Del argumento del filme: “Vincent -empresario de gran éxito- y Pierre -biólogo de reconocido prestigio-, prototipos de personas de extraordinaria complejidad, en una sociedad actual sumamente compleja, sofisticada, antinatural y artificial, conocen el triunfo, pero también el descontento de sus vidas, no se sienten felices, sus vidas carecen de sentido, por lo que desean volver a las cosas sencillas…”; interesa sobremanera la búsqueda del sentido de la vida, de la felicidad… 

 No obstante lo común y generalizado de su tema y argumento, y la correcta realización del filme, éste no cuenta con el interés y favor de grandes públicos, como denota su exigua y breve permanencia en algunas pantallas de nuestro país. 

 Resulta evidente que el título de Las cosas sencillas -acaso desafotunado para la cultura, o mejor expresado incultura cinematográfica de masas-, en las sociedades donde prevalecen la espectacularidad y el sensasionalismo del cine de evasión, no atrae… 

 Éric Besnard, guionista y director francés de cine de Las cosas sencillas, declaró a La Vanguardia que “No deseo vivir en un mundo en el que se tenga miedo uno a otro…” -caso del antagónico y enemistado mundo actual de guerras entre países, ideologías, sociedades, personas, hombre y mujer…-; cuya convicción le llevó a dirigir citado filme que trata esencialmente de la amistad y la confianza humanas, entre otros sensibles temas. 

 Éric Besnard, quien lleva el cine en la sangre -continuando la saga de su padre, el prestigioso cineasta Jacques Besnard-, aunque se inició en el mudo de las bellas artes como saxofonista, al no llegar a tener notoriedad en la música, siguió el camino paterno como guionista y director, en el que está alcanzando notable reconocimiento y fama. 

 Como guionista y dialoguista de filmes de otros realizadores, cuenta en su historial con mas de una quincena de trabajos muy diversos, en los que ha adquirido polifacético conocimiento y experiencia en el medio cinematográfico. 

 Como guionista y director, autor, ha realizado una decena de filmes, entre los que destacan: La sonrisa del payaso (1999), El sabor de las maravillas (2015), Espíritu de familia (2020), Delicioso (2021), junto a Las cosas simples (2023). 

Éric Besnard, director de Las cosas sencillas.

 En sus dos filmes anteriores, La sonrisa del payaso y Espíritu de familia, Besnard trata acerca del descontento de vivir y la infelicidad personal y familiar, por lo que esta temática no le es ajena y en ella profundiza, en su filme Las cosas sencillas

 El autoengaño personal y la mentira social, en un mundo y sociedad en los que se vive más de la fatuidad de la fama y del éxito, de la sofisticación y las apariencias, que de los valores humanos esenciales para la satisfacción, el contento de vivir y la felicidad, son aspectos de su insistente temática acerca del sentido de la vida, tratados en citados filmes y muy acentuados en el último de ellos. 

 Al tratarse de una historia en la que prevalece la temática intimista y personal -aunque de extensión social y prototípica, que afecta a todos los humanos-, Las cosas sencillas, es un filme de introspección psicológica que intenta penetar en el alma de sus personajes, caracterizandose, por tanto, como cine de actor. 

 En Las cosas sencillas, no hay movimientos de masas ni de espectaculares situaciones -propias del cine de acción trepidante o thriller- sino de personajes, que se desenvuelven en escenarios naturales, destacando sobremanera las interpretaciones sosegadas de sus protagonistas… Acorde con el tema, su elenco es reducido y simple -aunque de difícil interpretación, como suele ser el cine de actor-. 

 De los papeles de sus contradictorios personajes principales, ricos en diálogos para la reflexión: Vincent -afotunado empresario de éxito, aunque aquejado por el estrés-, Pierre -desafortunado biólogo, obstinado en sus teorías sobre la riqueza alimentaria del mar, aunque vive en plena montaña-,  Camille -viuda, madre de Zoé, pero aquejada por la soledad-, destaca el protagonismo de Vincent, interpretado por el célebre actor Lambert Wilson. 

Pierre, Camille, Zoé y Vincent, en una escena alusiva a la importancia de la vida familiar.

 -Con el afán de desarrollo y pretendido progreso estamos haciendo, hemos alcanzado, un mundo y una vida tan compleja y difícil de disfrutar, que nadie se encuentra satisfecho, ni se siente feliz en ella. Es por ello, por lo que se está convirtiendo en necesario, imprescindible, volver a la simplicidad, a la sencillez… 

 El filme, que se inicia con unos complejísimos planos de las redes de comunicaciones aéreas, de la inteligencia artificial terrestre que se nos avecina y de las aglomeraciones sociales de masas, intenta introducirnos metafóricamente, en la creciente complejidad del desarrollo regresivo al que estamos abocados; no obstante, el retiro a la vida natural y familiar de las cosas sencillas, vienen a ser, sin ánimo aleccionador, ni moralizante, sino humorístico, sus propuestas finales de reflexión… 

 Francisco Montero.