miércoles, 21 de noviembre de 2012


Cine de Grandes Valores

SHUN LI Y EL POETA. La Pequeña Venecia

-Cartel Español-
 
Shun Li y El Poeta, sin lugar a dudas, es el filme de grandes valores humanos, más poético y bello que podamos disfrutar en años…
La historia discurre en la localidad de la Laguna de Venecia, Chioggia, declarada Ciudad del Arte Veneciano, importante pueblo pesquero del Mar Adriático, lugar de interés turístico y de afluencia de inmigración.
Hasta el pueblo, para servir como camarera de un bar, llega la joven Shun Li -Zhao Tao-, que, huyendo de la pobreza y buscando un futuro mejor para su hijo, ha caído en manos de las mafias chinas, las que la explotan como mano de obra sumisa y barata…
Pese a ser muy pobre, Shun Li, posee un rico sentido de la poesía oriental y, aunque se encuentre en occidente, en una cultura ajena, no olvida la rememoración de la Fiesta del Gran Poeta -Qu Yuan (339-278 a.C.)-, haciendo navegar una flor de loto encendida sobre las aguas… Lejos de su tierra y sus seres queridos, su anciano padre y su pequeño hijo, ella vive su soledad fortalecida por un espíritu de sacrificio y un halo poético natural… 
En el bar donde trabaja, Shun Li, conoce a otro inmigrante solitario, el pescador Bepi -Rade Serbedzija-, que pudiera ser su padre, a quien apodan “El Poeta”... Y entre ellos, nace una emotiva, pura y silenciosa, pero expresiva amistad…
 
Rade Serbedzija -Bepi- y Zhao Tao -Shun Li-
 

 

En La Pequeña Venecia -antetítulo que se la ha dado en España al filme, desvariando de lo humano, lo esencial-, se produce el encuentro de dos mundos personales muy diferentes, pero con pensamientos y sentimientos muy comunes… El sentido de la amistad, la solidaridad, la generosidad…, que son universales y no están atenidos ni a razas, ni lugares, ni culturas…
En su trasfondo, la historia, trata también sobre el encuentro de dos mundos, de oriente y occidente… De la llamada al entendimiento, en un planeta que, “hace aguas por todas partes” y, para las relaciones humanas y sociales, está siendo un tsunami…
Shun Li y El Poeta, es, sobre todo, un entrañable filme acerca de la importancia de la utopía y del idealismo, de la poesía y de los valores humanos, que -al margen de filosofías, doctrinas, ideologías…- son esenciales para la vida, universales, y los mismos en cualquier tiempo y lugar…

 
Andrea Segre, guionista y director el filme, en Chioggia.
 
El director del film, Andrea Segre, tras doctorarse en Comunicación Social, se dedica a realizar filmes documentales para la televisión y el cine. Preocupado por los movimientos sociales migratorios, en un mundo multicultural cada día más cambiante, presta particular atención a la xenofia y a las manipulaciones del miedo social, “el temor al otro”, que intentan imponer los integrismos y las doctrinas y políticas exclusionistas.
Con filmes documentales como: Dios era músico, Al sur de Lampedusa, Como un hombre en la tierra, Las cosas cambian, La sangre verde…, obtiene importantes y numerosos reconocimientos y premios en certámenes internaciones de cine.
Claves narrativas constantes en sus filmes son las de las interrelaciones entre el documental y la ficción, entre la veracidad y la imaginación, entre la realidad y la metáfora…
Y con citadas claves ha realizado su primer largometraje Shun Li y El Poeta, en el que han intervenido actores profesionales y no profesionales, y ha sido muy galardonado en más de una veintena de Certámenes y Festivales de Cine: Muestra Internacional del Arte de Italia -Premio Linterna Mágica-, Reikiavik y Londres -Premios Especiales del Jurado-, Sevilla -Premio a la Mejor Coproducción Europea-, Roma -Premio David de Donatello a la Mejor Actriz, Zhao Tao-…

 
Zhao Tao -Premio David de Donatello- y Andrea Segre.
 
Nacida en la provincia china de Shanxi, Zhao Tao, estudió danza clásica y fue profesora en la universidad de Taiyuan. Fue descubierta para el cine por el prestigioso realizador Jia Zhang-ke, para protagonizar el filme Plataforma -Premiado en el Festival Internacional de Cine de Venecia del 2000, desde el que saltaría a la fama-. Desde entonces, se convirtió en su musa y protagonizó bajo su dirección cinco filmes, muy premiados en los festivales de cine de mayor reconocimiento mundial.
Actriz de extraordinaria sensibilidad, muy versátil y expresiva, ha protagonizado una decena de filmes, entre los que destacan: El mundo, Naturaleza muerta, Danza de Dada, Recuerdo… Son características suyas en la interpretación de personajes: el humanitarismo, el intimismo, la delicadeza, la espiritualidad…; es decir, valores muy añorados hoy, por su ausencia en la realidad social materialista y deshumanizadora en que se vive…

En una diluviosa tarde otoñal de día festivo -tras una interminable cola en taquilla de casi una hora de duración-, en la sala más pequeña de los grandes multicines en los que se proyectaba Shun Li y El Poeta, hubo un sólo espectador…
En esta realidad social que, efectivamente, “hace aguas por todas partes”, nuestras instituciones educacionales y culturales, varadas en el materialismo economicista, se empecinan en no preocuparse ni por un paraguas de bolsillo, mínimo, para la anegadora lluvia…

Francisco Montero.

lunes, 12 de noviembre de 2012


Nuevo Cine Español de Valores

BUSCANDO A EIMISH

-Cartel anunciador-

     
“A mis Padres”…
Es la escueta, hermosa dedicatoria, con la que Ana Rodríguez, productora ejecutiva, guionista y directora de Buscando a Eimish, pone fin a su interesante y bello filme…
Esta dedicatoria final, que bien pudiera haber estado al principio del filme, y a muchos espectadores no avezados al flashbacks -a la narración cinematográfica y literaria que alternan el presente con el pasado, o lo que es igual hacen saltos atrás en el tiempo discursivo-, les hubiera precisado buena parte de la intencionalidad del filme…
Un filme que, en una sociedad como la actual, en la que la familia -célula básica de amor y convivencia-, se encuentra desestructurada y rota, aboga decididamente por ella, como cauce ideal de afectos, sentimientos positivos, felicidad…
La dedicatoria y el filme, vienen a ser clara y expresiva declaración de principios de la cineasta, acerca de la importancia personal y social de la familia…
 
Los personajes de Buscando a Eimish, aunque viajan en busca de reencuentros con personas que influyeron en su pasado, viajan, sobretodo, intimistamente, en la búsqueda de sí mismos… Es una búsqueda interior desesperada, por descubrirse personalmente, de cómo son en realidad, para afrontar su presente… Es la búsqueda clarificadora de la propia identidad personal, para enfrentarse con sinceridad, sin sofismas y sin tapujos, a la convivencia y al compromiso que requiere la familia…
Buscando a Eimish, trata, en definitiva, acerca de la ruptura con el egoísmo y la comodidad personal, para enfrentarse al compromiso, entrega y donación que requiere siempre la relación familiar -hecho escasamente aceptado en la sociedad hedonista y acomodaticia del momento…
 
Ana Rodríguez Rosell
 
Ana Rodríguez, guionista y directora novel de Buscando a Emimish, aunque este sea su primer largometraje fílmico, cuenta con un interesante historial en el documental y los filmes de corta duración, pero importantes ideas. Con Una mujer para Ibu, Nueve -los meses de la gestación-, ¡Espera, Fati!, La Musa, Quiero ser una gacela…; que tienen como temática las realidades contrapuestas de la mujer, en la sociedad desarrollada y en el tercer mundo, ha obtenido numerosos reconocimientos en festivales y certámenes.
Licenciada en Periodismo, impulsora de la productora cinematográfica Jana Films, y con una amplia experiencia en diversidad de tareas y oficios de supervivencia -ella suele decir que su principal universidad ha sido la vida-, en su obra demuestra tener un pensamiento profundo y universalista.
Como Nuevo Valor del Cine Español, ha sabido huir de los tópicos y estereotipos viciados del cine localista de nuestro país -la derecha y la izquierda, los dos bandos, las secuelas y consecuencias de sus antagonismos…-, para enfrentarse a otras realidades más generales, abiertas y universales, de cualquier tiempo y lugar, de otras formas de pensar, sentir y relacionarse, más acordes con el devenir multicultural de la actualidad…
 
Manuela Vellés -Eimish- y Óscar Jaenada -Lucas-
 
La forma de hacer cine de Ana Rodríguez, nos recuerda al gran cineasta, padre de la Nouvelle Vague francesa, Robert Bresson. Su cine de introversión, repara más en las trayectorias intimistas de sus personajes, que en las relaciones circunstanciales y extrovertidas de los mismos; indaga en sus pensamientos y sentimientos más personales e íntimos, manteniéndolos hasta el final de la historia en un halo enigmático y de suspense. Hasta el último momento, no entenderemos con claridad las motivaciones y preocupaciones de sus vivencias…
Buscando a Eimish, es un filme no muy explícito, pero lleno de sutilezas y sugerencias; requiere que el espectador se implique en la trama, e interprete hechos y situaciones que, aparentemente, se nos ofrecen un tanto confusas e irresueltas…
En esa nueva forma poética de hacer cine, ambos personajes protagonistas, transitan en su escasa comprometida juventud, en la confusión; sus viajes hacia otros lugares, no son una huida de sus circunstancias, sino una búsqueda de la claridad de sus sentimientos y pensamientos, de la luz…
- El nombre del protagonista, “Lucas”, significa luminoso, clarividente…-
En Buscando a Eimish, hay una mayor preocupación por la ética que por la estética, sin el menor atisbo de moralismo… Es la búsqueda de una nueva forma natural de pensar y sentir, para la sociedad multicultural que se avecina, sin los clichés propios de los pensamientos únicos, doctrinarios y dogmáticos, de las sociedades ancladas en el conservadurismo…
 
Emma Suárez, Jan Cornet, Manuela Vellés, Ana Rodríguez, Óscar Jaenada y Clara Wurnell, en Málaga, 2012.
 
El filme ha sido muy aplaudido en una decena de destacados festivales de cine, ha obtenido galardones a la Mejor Dirección Novel, al mejor actor -Óscar Jaenada-, y el Premio Signis -que concede para la Cultura de la Paz, la Asociación Católica Mundial para la Comunicación-, en el pasado Festival de Málaga, 2012.
Signo de que es un buen filme, renovador y novedoso -que, reiteramos, se distancia de los tópicos y estereotipos, a los que el cine como espectáculo de masas y negocio, tiene acostumbrado al gran público-, es que está pasando por nuestras pantallas provincianas como una exhalación: pocas sesiones y con pocos espectadores.
Acaso la forma de narrar de Ana Rodríguez, introvertida y no muy explícita, pretendiendo que el espectador dé sus puntaditas a los hilos que parece dejar sueltos adrede, no sea muy del agrado del público mayoritario extravertido, superficial, irreflexivo…

Los cinéfilos, quienes amamos el cine como Arte, Lenguaje y Medio de Comunicación Social, aplaudimos a Buscando a Eimish y animamos a Ana como cineasta renovadora, luminosa...

Francisco Montero.