domingo, 6 de septiembre de 2015







¡AYYY, AYLAN…!

-¿Imagen para un cartel de cine?-

Desde la lejana costa turca de Bodrum en el Mar Egeo, llegaron hasta mis oídos los desgarradores gritos de terror de los pequeños Aylan y Galig Kurdi pidiendo auxilio: ¡Papáááááá… Papáááááá… Papáááááá…! Tras escapárseles a Abdulá Kurdi de las manos, y caer de la barcaza hinchable, en la que huían de los jinetes del apocalipsis…

Hasta esta ancestral tierra de Al-Andalus, donde se fraguó el inalcanzable sueño del diálogo de civilizaciones, culturas, religiones, y del entendimiento entre los hombres, llegaron los desesperados gritos de los pequeños Aylan y Galig, siendo inmisericordemente engullidos -y luego vomitados, para vergüenza del mundo- por un Mediterráneo, que no une ni costas, ni países, ni gentes, sino que los separa…

¿No oíste tú también los gritos y los estertores de agonía de los pequeños…?

¿No los oyó ese Dios Omnipotente, a quien teatralizan las religiones y las iglesias mediterráneas, como a un Buen Padre que ama sobremanera a sus hijos más pequeños…?

Si ese Dios Todopoderoso no es sólo ficción del teatro humano, acaso, sí, los oyera y mutara su agonía por una felicidad inasequible para nuestros conocimientos y conciencias…

Cuando ya es tarde para la familia Kurdi -los pequeños Aylan y Galig y su madre Rehan, quienes acariciaron el sueño de una tierra prometida que no existe-, ahora, ante los gritos de denuncia de la reportera Nilufer Demir, quien captó con su cámara las trágicas e impresionantes imágenes que han conmocionado al mundo, una vez más en los parlamentos y las iglesias resuenan estridentemente los “bla, bla, bla…”, pero ¿y las preventivas soluciones eficaces…?

Kilómetros, kilómetros, kilómetros… de mortíferas alambradas de concertinas -que no se ponen ni en las cercas a las bestias, a los ganados-, han sido hasta la tragedia del pequeño Aylan, las soluciones de los parlamentos, sin que las iglesias se hayan plantado en una persistente huelga de hambre ante ellos…

Menos mal que en la turística playa de Ali Hoca Burnu, la foto reportera Nilufer Demir, puso su grito en el cielo y levantó acta de una tragedia que no es sino una pequeña punta del enorme, helado y duro iceberg de las impuestas y obligadas migraciones por el hambre, la guerra, la muerte, la desesperación…

"Ya no podía hacer nada por Aylan, sino que su grito se oyera en el mundo", ha declarado Nilufer Demir.

Una vez más, la inhumana realidad ha dejado patente que una imagen puede tener más fuerza que millones y millones de descomprometidas palabras… Ahora, los responsables políticos y religiosos, empujados por la incontenible fuerza de las conciencias ciudadanas, no tienen otra opción que apoyar -¿electoralistamente y de mantenimiento en el poder?- soluciones…

Dónde estaban hasta la muerte de Aylan -símbolo de las graves tragedias que aquejan a nuestra sociedad, al planeta…-, las descomunales organizaciones mundiales: la Organización de las Naciones Unidas, ONU, con unos Derechos Humanos que ni muchos países ni iglesias han refrendado, con unas políticas para la paz y el desarme, a cuyas espaldas países miembros que se dicen “apostólicos”, siguen vendiendo armas que alientan el poder, las guerras, las muertes, las devastaciones, los éxodos…; la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura, UNESCO, con unas políticas que no han conseguido aún implantar universalmente los principios de educación y cultura de humanización social…; la Comunidad Económica Europea. CEE -Económica pero poco Social-, cuyos veteranos y soberanos países lideraron ancestralmente el saber, la ciencia, el progreso, el desarrollo… -¿Y la humanización…?-

¿Cómo es que tan poderosas organizaciones internacionales, no han conseguido atajar de raíz los desmanes de los locos de la guerra y evitar los inhumanos éxodos…?

España, que enarboló internacionalmente la bandera de la defensa de los derechos humanos, sin ir más lejos, hace algo más de un año reformó y descafeinó su ley de Justicia Universal, dando mal ejemplo al mundo para el enjuiciamiento de los locos criminales de la guerra…

“¿Si la sal se vuelve insípida quién la salará…?”


Artistas de todo el mundo han interpretado el sueño de Aylan...

Está claro que la autoría de las muertes de Aylan, Galig, Rehan… tiene nombres y apellidos: el de no hervirnos a todos la sangre, nuestra insolidaridad, nuestro silencio…

En estos cruciales momentos de cuestionamiento de la tragedia de los refugiados, me encuentro en Córdoba con un afamado filósofo, admirador de la gran obra del pensador Roger Garaudy, que con tanta contundencia denunció la deshumanización planetaria…

Viene buscando revisar un trabajo del enérgico pensador sobre La Humanización del Hombre, que le patrocinó, precisamente, la UNESCO…

Ha visitado en nuestra ciudad, -para Garaudy, Capital Universal del Pensamiento Unitario- la Torre de La Calahorra, su anterior Fundación para el Diálogo de Civilizaciones y Culturas, y no ha encontrado indicado trabajo…

Contrariado, reprocha: “¡Ya no es Fundación Roger Garaudy, sino Paradigma… Sí, como la Mezquita, ¿paradigma de qué?... de un negocio turístico…!”

Calmo su alterado ánimo, y, en cuestión de su búsqueda acerca de pronunciamientos enérgicos sobre la humanización del hombre, incidimos en la actualidad: de la tragedia de la familia Kurdi, del éxodo de guerra, de los refugiados…

¿Acaso, algún niño, salvo su dolor de estómago o enfermedad, pueda creer que el éxodo es una aventura, un juego...?

-¿Puso la Creación a los hombres de buena voluntad, concertinas en sus caminos…?

-Mientras haya una sola cuchilla en esos caminos, una organización que se dice social y la consienta, sólo será una jauría de lobos…

-Numerosos argumentos y guiones sabemos se preparan ya para la realización del trágico filme ¡Ayyy, Aylan…!

Francisco Montero.