lunes, 26 de octubre de 2015






ODA A MI PADRE


-Cartel español del filme-

La historia lo refrenda, no hay más fatídicos elementos de desunión, división, separación…, que las ideologías y las políticas…

Los políticos maquiavélicos y locos, empeñados en el poder a toda costa, son, sin duda, amparados en las pretendidas bondad y certidumbre únicas de sus ideologías, quienes más daños provocan y causan a la humanidad, a la sociedad…

Las guerras entre países o civiles y sus terribles consecuencias no suelen ser sino los catastróficos y desastrosos resultados de las ideologías y las políticas, del afán de poder…

Repasemos los anales de la historia, cuyas lecciones nunca se aprenden…

Los éxodos y desintegraciones familiares provocados por las guerras, en Occidente, en nuestro propio país, o en Oriente Próximo o Lejano -España, Siria, Corea…- gritan, hablan bien alto de lo referido.

Más tarde, todo lo que unió la vida -la familia, por ejemplo-, y separaron las ideologías y las políticas, tenderá a su reencuentro…

Hoy, frente al terrible éxodo y desintegración familiar de Siria, son extraordinariamente emocionantes los recientes reencuentros de las familias coreanas que quedaron rotas en la anterior década de los años cincuenta, por el éxodo y la guerra que dejó dividido al país en Corea del Norte y Corea del Sur…

Pues bien, este es también el emotivo tema que trata el interesante filme Oda a mi padre del realizador coreano Je-Kyoon Yoon…

Dramática y expresiva imagen del éxodo coreano del filme Oda a mi padre.

El épico argumento de Oda a mi padre, es, simultáneamente, muy sencillo y muy complejo… Es la sacrificada historia -de sesenta años- de una familia separada por la guerra, que volverá a reencontrase… En ella, un niño, al perder en la avalancha del éxodo a su padre y a su hermanita más pequeña, promete que cuidará a la familia…

El filme es la historia de citada promesa... Es la humanísima historia de un sacrificio personal por sacar adelante a una familia…

En ella, una vez más, un Cine Oriental preocupado por valores humanos esenciales -de la familia, en Oda a mi padre-, da una lección al Cine de Occidente, distraído generalmente en los entretenimientos y las futilidades…

El Cine Coreano no es muy conocido en occidente y menos aún en España, donde filmes como el que se reseña duran muy poco en cartelera, a pesar de los denodados y admirables esfuerzos de su arriesgada distribuidora European Dreams Factory -persistentemente empeñada en traer a nuestro país Cine de Valores Humanos-.

Últimamente, a fin de divulgar el Cine de Corea en los países de habla hispana, el Centro Cultural Coreano de Argentina ha organizado el Festival de Cine Coreano “Han Cine” en Buenos Aíres que ha tenido un notable éxito. Unos años antes, la cinematografía coreana, tuvo un importante reconocimiento en el Festival de Cine Asiático de Nueva York.

Un genial embajador del Cine Surcoreano en occidente es Kim Ki-duk, quien, con filmes como Primavera, verano, otoñó, invierno… y primavera -Las estaciones de la vida-, Samaritan Girl -Por amor o por deseo-, Hierro -El espíritu de la pasión-, Piedad… -en los que trata sus temáticas humanistas desde la espiritualidad y la filosofía del taoísmo-, ha obtenido los más importantes premios y reconocimientos de los Festivales de Cine de Berlín, Cannes, Venecia…


El realizador Je-Kyoon Yoon, más conocido como JK Yun.

A Kim Ki-duk se une ahora el guionista y realizador Jk Youn, quien, con una breve filmografía de una decena de filmes, como Sexis zero -comedia universitaria-, Haeundae -los desastres de un tsunami-, y sobre todo Oda a mi padre, viene llamando la atención internacional.

El filme Oda a mi padre, con el que JK Youn demuestra extraordinaria habilidad para tratar temas complejos de valores humanos y sociales, ha sido distinguido con los reconocimientos: Premio Especial del Público en el Festival Chunsa del Arte del Cine en Corea, Premio del Público en el Festival de Cine de Extremo Oriente de Udine (Italia), nominación a Mejor Película en el Festival de Cine Asiático de Hong Kong (República Popular China)…

Entre los mejores valores del filme destacan: el guion de Soo-jin Park, minucioso y muy rico en matices expresivos, confiriendo credibilidad e historicidad al relato; el dramatismo y caracterización psicológica y evolutiva de los personajes, desde la infancia y los años jóvenes hasta la senectud -sobresaliendo las interpretaciones de los protagonistas Jung-Ming Hwang, en el papel de Duk-soo, quien a lo largo de toda su vida se sacrifica por cuidar a la familia, junto a su esposa, que interpreta Yunjin Kim-; los grandes planos generales de movimientos de masas y situaciones…


Hermoso y poético plano general de contrastes, en el que el anciano matrimonio rememora su vida y su pasado.

El filme Oda a mi padre está narrado como flash-black, o salto atrás en el tiempo, en el que, como si se tratase de un metamórfico poema épico -simbolizado por una mariposa que revolotea por una terraza, por la ciudad, por la actualidad…-, se relata una hermosa aventura cotidiana de hoy, la de sacar adelante a una humilde familia de refugiados que lo han perdido todo por la guerra.

El tema esencial del filme no trata de un fantasioso superhéroe de míticas e insólitas aventuras, sino de la lucha cotidiana de un modesto trabajador concienciado del deber de sacar adelante a su empobrecida familia, una gran proeza de hoy…

Para estos momentos de terribles éxodos de refugiados que huyen de las guerras, el filme es muy aleccionador y de extraordinario interés…

Francisco Montero.