martes, 24 de julio de 2012

SIEMPRE FELIZ

-Cartel original y cartel español-
   
Las parejas prematrimoniales, matrimoniales, familiares…, siempre tuvieron sus problemas propios: de comunicación, sentimentales, sexuales…; insinceridades, ocultaciones, desequilibrios afectivos, falta de armonía y correspondencia, engaños, infidelidades… Unas veces leves y otras graves… Ayer, con frecuencia, se sobrellevaban o se superaban; hoy, resultan imposibles de sobrellevar, de superar… Resultados: las parejas y las familias deshechas, rotas, hechas añicos…

Pues bien, esta es la sugestiva temática que, con irregulares fortuna y logros, trata el filme Siempre feliz -acaso incoherentemente titulado en español, dado lo equívoco de su doblaje a nuestro idioma y dada la siempre inalcanzable felicidad en cualquier sociedad-.

La trama original noruega, narrada en clave de comedia dramática, en nuestro país, por obra y gracia de su equívoco doblaje al español, como bien rezan sus carteles, se travestía a serio melodrama… Lo que en los países fríos del norte de Europa pudiera interpretarse como fino humor nórdico, en el nuestro latino, por vías de la manga ancha de sus dobladores pasa a ser reivindicativo feminismo de liberación…

Feminista o no, el filme Siempre feliz, cuenta con una atrayente historia -acaso con demasiados tópicos- de la guionista nórdica Ragnhild Tronvoll; su productora femenina es Synnove Horsdal; es el primer largometraje de la joven realizadora noruega Anne Sewitsky; su fotografía es de la cineasta Anna Myking; sus protagonistas principales son las actrices Agnes Kittelsen y Maibritt Saerens… Siendo en ella, los protagonistas masculinos, meros comparsas de sus sufridas y decepcionadas parejas: un engañoso bisexual, controvertido marido, que sale del armario; y un heroico y liberador tenorio al que lo mismo dan ocho que ochenta…

Anne Sewitsky, Agnes Kittelsen, Ragnhild Tronvoll y Maibritt Saerens, en la presentación del filme.

Interpretaciones irónicas o humorísticas aparte -que todo es posible en Sevilla, en cuyo Festival Internacional de Cine, el filme obtuvo el máximo galardón del Giraldillo de Oro, 2011-; salvando abismales distancias, Siempre feliz, se adentra en el mundo de las confidencias matrimoniales y familiares, muy propios del cine nórdico y del gran Ingmar Bergman -Como en un espejo, Gritos y susurros, Secretos de un matrimonio…-. La realizadora Anne Sewitsky, quien denota admirar y conocer la obra del genial maestro, sin embargo, en su filme no repara demasiado en los complejos entresijos de la psicología humana ni en la caracterización profunda de sus personajes.
Aunque incurre en el sutil e interesante, pero movedizo terreno, de desmaquillar, quitar la máscara a las falaces y ficticias relaciones en las que se mueven las parejas y las familias de hoy, Siempre feliz, se queda en la mera apariencia, a flor de piel…
Una lástima, porque el empeño y la sensibilidad notablemente puestos en imágenes por su coral autoría femenina, dada su temática de interés social y general, hubiesen redundado en un filme muy digno de admirar.
De todas formas, Anne Sewitsky, también galardonada por Siempre feliz en el Festival Internacional de Cine de Sundance -llamado a promocionar desde los Estados Unidos, a los jóvenes cineastas creadores-, ha puesto de manifiesto con su filme un excepcional talento.

Agnes Kittelsen, en el papel de Kaja

En una pequeña región del sur de Noruega, se han hecho muy populares las comunidades Happy Christians, o sea, Comunidades de Cristianos Felices que ríen y plantan buena cara a todo: a la salud y a la enfermedad, al bienestar y al malestar, a la alegría y a la tristeza…. La suya es una filosofía de vida, inspirada en los valores cristianos que hacen prevalecer por encima de todo...

En ese lugar, pasaba algunas de sus vacaciones la directora de Siempre feliz, Anne Sewitsky, como ha dado a conocer en ruedas de prensa de la presentación de su filme. Siendo sin duda la forma de vida en esas comunidades la que ha inspirado la temática del filme que se reseña.

Y son las claves de esa forma de vida, las de la caracterización que se ha confiado a la joven actriz noruega Agnes Kittelsen, en su papel de Kaja, ama de casa que, sabiéndose desdichada en la deprimente realidad que le rodea, adopta una actitud optimista, alegre, esperanzadora…, en sus vivencias personales y familiares.

No obstante la buena idea original de la historia, basada en las experiencias reales de referidas comunidades Happy Chistians, en el tratamiento que tiene en el filme se subvierte demasiado equívocamente, en pautas de conductas que poco o nada tienen que ver con lo esencial de los valores cristianos, ni con la filosofía del cristianismo.

El controvertido tratamiento de algunos de los temas contenidos en el filme -acaso debido a la juventud e inmadurez de la realizadora-, le han supuesto algunos reparos por parte de la crítica especializada.

Familias protagonistas de Siempre feliz

Dice la sinopsis de la web oficial de Siempre feliz: “cuando la pareja perfecta se muda a la casa de al lado…”
¡Pues muy mal!, nada de perfección…: Elizabeth, la esposa de al lado, es una abogada muy liberada que consume droga, le fue infiel a su marido Sigve, y como no puede tener hijos han adoptado a un niño etíope… Su marido en nuestros lares no invernales y muy cálidos, es un contradictorio “tenorio y viva la virgen”…
Eirik, el marido de Kaja: es un falso “cazador casado” que no ama a su esposa y por morro de las circunstancias “sale de su secreto armario”, no se sabe si hetero u homosexual, aunque tiene un hijo natural con su esposa… Kaja es la esposa y ama de casa infortunada pero que sonríe “siempre feliz”, ella se libera sexualmente de sus represiones con el simpático tenorio, y se realiza en plenitud logrando ser la solista del coro navideño de su comunidad religiosa… ¡Ooohhh...!
Si patético resulta el retozar en la nieve desnudos del vecino y la vecina, tras su “liberación sexual”, más patético aún resulta el cartel publicitario español que plasma la infidelidad de ambos vecinos, arguyéndose en su falaz publicidad el cuento chino de “la familia lo más importante del mundo”…

Anne Sewitsky

¡Estos jóvenes cineastas…! Muy buen oficio, pero dudoso juicio… ¡Animo Anne para la próxima… Decántate mejor por el drama o por el humor…!
Reiteramos, aguda trama de comedia, pero sal demasiado gorda para el melodrama al que se ha travestido en la versión española.
En cartel, en nuestra ciudad, sólo un par de días y medio…

Francisco Montero.

jueves, 12 de julio de 2012

LA DELICADEZA

-Cartel español-

Vivimos una sociedad y un mundo escandalosamente sofisticados. Ni nada ni nadie, salvo excepciones, son lo que aparentan ser: ni las ideologías, ni los políticos…; ni las religiones, ni las iglesias…; ni las sociedades, ni las personas…
Indudablemente, la crisis actual tiene mucho que ver con la falta de los valores esenciales de la verdad, la bondad, la belleza
El prototípico personaje “Don Juan”, falso, prepotente, burlador, libertino, sin escrúpulos y sin ningún respeto a los valores humanos y sociales -tantas veces llevado a la literatura y el arte, por grandes autores como Molière, Mozart, Lord Byron, Zorrilla…-, se ha apoderado del pensamiento social occidental y ha contribuido sobremanera al denigrante mundo que tenemos…
Entre la ciudadanía de cualquiera de nuestras desarrolladas sociedades occidentales, entre las gentes con más sentido común, más lógica y más sencillez, se escucha con frecuencia la frase: “Se han perdido el respeto y los buenos modales… -la naturalidad, la sinceridad, la delicadeza…”

Pues bien, sobre referidos aspectos, ha reflexionado con gran acierto el escritor David Foenkinos, tratando la antitesis de referida temática, en la novela original y en el filme homónimo que se reseña, codirigido junto a su hermano Stéphane, y que van camino de convertirse en las obras más exitosas y aplaudidas del momento.

David Foenkinos, novelista y guionista de La delicadeza

David Foenkinos, alternó sus estudios de Letras en la Sorbona con su dedicación a la música de jazz. Admirador del célebre escritor y músico checo-francés Milan Kundera, pronto decantó su vocación por la nueva literatura romántica, centrando su temática en las relaciones amorosas de pareja. Entre sus novelas -de sencilla trama sentimental y humorística-, destacan: En caso de felicidad, Nuestras separaciones, Los recuerdos…, y últimamente La delicadeza, que ha logrado una decena de premios literarios en Francia y se ha editado en una quincena de países, convirtiéndose en uno de los éxitos literarios del momento.

Acaso atendiendo a sus propias vivencias personales, La delicadeza, es la antítesis del conocido personaje “Don Juan” -libertino, conquistador, sin escrúpulos…-; es la historia de un antihéroe, físicamente poco atractivo, pero con los excepcionales valores morales de la bondad, la sinceridad, la naturalidad… Con ellos transforma, conquista y hace renacer a la joven protagonista, decepcionada y hundida por la brutalidad de la vida… Lo sutil de La delicadeza, es que en ella no hay personajes conquistadores, son los nobles y buenos sentimientos, los que conquistan a los personajes. Con su sencilla pero sugerente novela, Foenkinos, desmitifica a los donjuanescos triunfadores, a los sofisticados y falaces héroes y heroínas del amor loco, apasionado, ligero… “Da la vuelta” a la mayoría de los tópicos en los que se basan las relaciones amorosas y sentimentales de hoy…

Stéphane Foenkinos, François Damiens, Audrey Tautou y David Foenkinos, en la presentación del filme.

El cineasta Stéphane Foenkinos, director de casting, realizador y guionista, es, junto a su hermano David -escritor de la novela-, el artífice de la acertada puesta en imágenes de la obra La delicadeza.
Su familiarización con el cine de la “nouvelle vague” francesa es evidente -habiendo trabajado para algunos de sus más destacados maestros como Godard y Chabrol-. Muchas escenas de La delicadeza, su obra primera como realizador, rememoran momentos mágicos del que fuera joven, renovador y romántico, movimiento cinematográfico francés y europeo.
En La delicadeza, no sólo hay alusiones a escenas mágicas del cine francés, sino también de la historia del cine mundial. Es emocionante y sugestiva su alusión a la inolvidable y mítica escena de Cantando bajo la lluvia -cuando el protagonista, bajo una lluvia torrencial y un paraguas con el que no se cubre, canta “empapado de enamoramiento”-; en La delicadeza, bajo un diluvio a mares y un chaquetón que no les cubre, también se poetizará el empapamiento de amor de sus protagonistas…
Stéphane, tras estudiar inglés, se dedicó profesionalmente a la dirección de casting, en cuya labor de selección y dirección de actores, ha trabajado junto a grandes cineastas como Jacques Doillón, André Téchiné, Jean-Luc Godard, Claude Chabrol, Wody Allen…; contando en esta trayectoria con más de una treintena de filmes.
Su experiencia en la elección de actores, resulta contundente en la acertada elección de los protagonistas de La delicadeza: Audrey Tautou -Nathalie- y François Damiens -Markus-. De sus respectivas caracterizaciones, no sería aventurado decir que apenas si han tenido que interpretar…

Nathalie y Markus, personajes del filme

Autrey Tautou, protagonista de La delicadeza, actriz de aparente naturaleza frágil, pero fuerte carácter, es el contrapunto del filme de Foenkinos. Podría decirse -y en ello estriba parte de la clave humorística de la historia romántica- que, el celebérrimo Don Juan de nuestra cultura occidental, en este filme es una conquistadora “Doña Juanita”; nuestros tópicos sociales vueltos de revés, con cierto sentido aleccionador para los tiempos de hoy…
Tautou, actriz y modelo, saltó a la fama mundial por su papel en la película Amélie, por la que obtuvo una decena de importantes reconocimientos y premios por su interpretación. Cuenta en su historial con más de una veintena de filmes protagonizados, entre los que -además del último citado- destacan: Bienvenidos a la belleza, Largo domingo de noviazgo, Un engaño de lujo, El código Da Vinci, Coco antes de Chanel
Como modelo -a cuya faceta debe también mucha fama y popularidad-, ha posado para prestigiosas revistas como Elle, Vogue, Harpers Bazaar… y ha sido imagen publicitaria de Chanel, L’Oreal, Montblanc
Fama y popularidad que se han aprovechado para ilustrar también con su imagen la portada de la novela en la que se basa el filme.

Los consabidos efectos asociativos de la publicidad, es indudable, han transferido a la novela y al filme, buena parte del carisma, la fama y popularidad de Audrey Tautou.

François Damiens, Markus en el filme

Aunque en el filme destaque principalmente el lucimiento de Audrey Tautou, el protagonista esencial de su trama es François Damiens.
Damiens, en el papel de Markus, reiteramos, caracteriza con una naturalidad genial la clave de la delicadeza. Es la total negación del Don Juan, del triunfador y sus malas artes, el antihéroe, el tímido físicamente poco agraciado… Pero con una bondad natural, impropia de estos tiempos… Aunque él es incapaz de conquistar a nadie, serán sus sinceros y nobles sentimientos los conquistadores…
Es la hermosa metáfora que entrañan la novela y el filme para la sofisticada y falaz sociedad del momento…
François Damiens, actor belga de muy buen carácter, por accidente del azar -dado que estudió comercio internacional-, se hizo popular filmando programas televisivos con cámara oculta, a los que él, llegó, primero, como víctima propicia y conejillo de indias…
Tras esas primeras experiencias en el mundo de la imagen, pasó al cine en cuyo medio ha intervenido en una treintena de películas. Parece ser nunca ha obtenido un gran premio cinematográfico; pero eso sí, siempre los mayores aplausos de los festivales donde se presentan los filmes en los que interviene. Su benevolente carácter ha quedado patente en filmes como: Cowboy, Matrimonio sorpresa, El rompecorazones, Tango gratis, Asterix y Obelix

¡Enhorabuena a los hermanos Foenkinos, por sus gratas y deliciosas obras…!

Francisco Montero.