sábado, 12 de diciembre de 2015







LA RELIGIOSA


-Cartel original del filme-.

Eminentes tratadistas insisten hoy, como consecuencia de las barbaries terroristas que afectan al mundo, en que muchas ideologías políticas y fanatismos religiosos, siguen siendo causantes de graves daños humanos, sociales…

En sus afanes de poder y dominio, hay partidos políticos y organizaciones u órdenes religiosas, que prosiguen pretendiendo, con sus idearios y dogmatismos, imponerse y someter o sojuzgar al hombre y a la sociedad…

Desde el Siglo de las Luces, o de las grandes revoluciones ideológicas, a la vista de los acontecimientos, los ideologismos impositivos poco han cambiado.

Ideologías y teologías de dominación y sumisión, persisten en seguir imponiéndose, a pesar de la libertad y los derechos humanos, en el planeta…

Es el tema del realista y metafórico filme del cineasta francés Guillaume Nicloux, La Religiosa

El filme está basado en la realista y crítica novela La Religiosa, del genial escritor y filósofo de los años claves de la Ilustración Francesa, Denis Diderot -coordinador de la gran Enciclopedia sobre los conocimientos científicos y artísticos de la época, y contra los oscurantismos políticos y religiosos-.

Citada novela, se basa en un hecho real ocurrido en Francia y en la propia experiencia de Diderot, a quien su familia ingresó con diez años en los jesuitas y se le impuso la tonsura -o rito preparatorio para recibir una orden religiosa menor-, a fin de suceder a un tío canónigo; pretensiones de las que logró zafarse y continuar sus estudios universitarios, quien más tarde fuera un ilustre escritor. 

-Siendo también sabido que una hermana suya enloqueció en un convento…

La interesante obra es un duro alegato contra las imposiciones familiares que, por conveniencias o razones económicas, coartan la libertad de la persona, avocándole a un futuro de frustración y fracaso, que luego suele redundar en graves males sociales…

Es también una sutil y profunda reflexión acerca de la sensibilidad personal frente a la pretendida razón social, tantas veces contrapuestas y que tantos estragos o daños morales y físicos causan…

Retrato de Denis Diderot, del pintor Louis Michel van Loo.

La novela de Diderot -agnóstico, a quien siempre preocupó el conocimiento personal y natural de Dios, sin imposiciones ni intermediaciones culturales religiosas-, ha sido llevada al teatro y al cine en varias ocasiones; siendo el filme más conocido La Religiosa de Jacques Rivette, interesante cineasta de la Nouvelle Vague francesa.

Ante los abrumadores estragos actuales del terrorismo fundamentalista, con oscuras connotaciones de fanatismo religioso, la considerada clásica novela de Diderot -sin alusión alguna al terrorismo-, vuelve hoy a la actualidad con el filme de Gillaume Nicloux, provocando la reflexión acerca de las imposiciones religiosas frente a la libertad personal…

Nicloux es un polifacético escritor, guionista, director y actor francés de cine y televisión, que cuenta con un historial irregular y controvertido.

Es autor de una quincena de filmes, para cine y televisión, de muy diversa temática, entre cuyos títulos se destacan: Los niños vuelan (1990), No se debe reír felicidad (1994), El consejo de piedra (2006), La clave (2007), La Religiosa (2013), Valle del amor (2015)…

Sus filmes, de esmeradas puesta en escena y realización técnica, suelen ser del agrado del público en general, pero de irregular acogida por la crítica especializada y la intelectualidad más exigente.

Guillaume Nicloux, director de La Religiosa.

Con el filme La Religiosa, Nicloux profundiza en la psicología humana y social de la religiosidad natural y la impuesta, sin efectismos sentimentales ni emocionales, dejando abiertas las situaciones a la interpretación del espectador, acerca del sentido y la sensibilidad personales frente a las razones y convenciones sociales que trata.

El filme, junto a la religiosidad natural y libre de la persona frente a la religiosidad social impuesta, trata acerca de los sentimientos que suelen darse en las órdenes o comunidades religiosas como son los de fraternidad, competencia, rivalidad, envidia, odio, sadismo, sexualidad…; encarnados en el juvenil personaje de 16 años, Suzanne, que lucha por descubrir, libremente y sin coacciones de ninguna índole, su auténtica vocación y forjar su propia personalidad…

El valor más relevante del filme es, sin duda -junto a los papeles de las reconocidas actrices Isabelle Hupert, Louise Bourgoin y Martina Gedeck-, el de la sutil y sensible interpretación de la protagonista Pauline Etienne en el papel de la novicia Suzanne

Por su interpretación, el filme fue nominado al prestigioso Premio Cesar de Mejor Actriz Revelación en Francia; siendo también seleccionado -por el conjunto de sus valores temáticos, artísticos y técnicos-, para la Sección Oficial del Festival de Cine de Berlín.

Con una veintena de interpretaciones en cortos y largometrajes cinematográficos, la joven actriz belga Pauline Etienne, que inició su adolescente vocación en el teatro, ha obtenido ya más de media docena de importantes reconocimientos que la consagran como revelación, prometedora y mejor actriz, entre ellos los Premios: Lumière, César y Estrella de Oro (Francia), Magritte (Bélgica)…

Expresiva imagen de Pauline Etienne e Isabelle Hupert, en una escena de acoso lésbico.

Otro valor destacado del filme La Religiosa es la expresiva e impresionante fotografía, de Ives Cape, filmada con luces naturales, que confieren a la situaciones extraordinaria sugestión y belleza.

Destaca, igualmente, la concisa pero sugestiva música del prolífico y aclamado productor, compositor y pianista Max Richter que, con su versión de la conocida partitura Stabat Mater, subraya elocuentemente las secuencias de sufrimiento de la novicia Suzanne y la espiritualidad del filme…

Aunque en el tiempo en que se escribió y divulgó la novela de Diderot no se cuestionaba ninguna “teología de liberación” -pero sí la liberación de la religión, frente a las teologías de dominio o de sumisión-, el filme implícitamente, sí que hace reflexionar sobre la cuestión…

Francisco Montero.

lunes, 16 de noviembre de 2015






ÉL ME LLAMÓ MALALA

-Cartel original del filme-

Un niño, un maestro, un libro y un bolígrafo pueden cambiar el mundo…

Es la expresiva frase que reza en la presentación del filme, que fue pronunciada con gran énfasis por la adolescente pakistaní de 16 años Malala Yousafzai, el 12 de julio de 2013 en la ONU, y que, sobrecogedoramente, ha dado la vuelta al mundo…

Malala, la adolescente activista en pro del derecho a la educación de las niñas en Pakistán, tras reponerse milagrosamente del atentado talibán del pistolero que le perforó el cráneo -el 9 de octubre de 2012- habiendo de extraérsele la bala del cerebro e implantársele una placa de titanio y parte del oído, recibió el Premio Nobel de la Paz 2014, siendo la más joven de las reconocidas con ese galardón hasta el momento…

Es el tema del interesante documental Él me llamó Malala, del afamado cineasta americano Davis Guggenheim…

El tema de la educación y su importancia para el futuro de la sociedad, no es ajeno a Guggenheim, su anterior documental Esperando a Superman -sobre las arbitrariedades del sistema educativo en Estados Unidos-, fue reconocido como Mejor Documental en el prestigioso Festival de Cine de Sundance, 2010.

El filme sobre Malala que se reseña, está basado en la breve pero intensa y ejemplar historia de la joven, recogida ya en diversas publicaciones: libros, filmes, entrevistas…

Malala, por estar aún amenazada de muerte, vive con su familia en Birmingham (Inglaterra), donde prosigue su formación y, junto a su padre Ziauddin Yousafzai -vocacional maestro que fundó en Mingora (Pakistan) su propia escuela para niñas y niños, donde ella inició su educación-, siguen luchando por la educación global de las niñas, desde su organización Malala Fund.


Libros biográficos sobre Malala, de Christina Lamb y Patricia McCormick, publicados en España.

Davis Guggenhein, director del filme Él me llamó Malala, es también un productor de televisión y cine estadounidense, que no cuenta con una amplia filmografía, pero sí con extraordinaria fama internacional como cineasta documentalista.

Saltó a la fama con su primer documental Una verdad incómoda, acerca de la campaña educacional del ex vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, sobre el cambio climático y calentamiento global del planeta.

Citado filme que se estrenó en Nueva York y Los Ángeles en 2006, con gran éxito de crítica y público, ha obtenido desde entonces una veintena de importantes premios y reconocimientos internacionales, entren ellos, sendos Oscar de Hollywood al Mejor Documental y Mejor Banda Sonora y Canción.

Educadores y ecologistas, gracias al convincente trabajo del cineasta Guggenheim, consideran el filme Una verdad incómoda ejemplar y extraordinariamente didáctico, acerca del deterioro y los problemas que día a día vienen acuciando a la naturaleza y a la vida en nuestro planeta…

Igual o mayor interés educacional y admiración humanista y social, despierta el filme El me llamó Malala -acerca de la Educación Igualitaria Global-, al que han dado lugar la comprometida sensibilidad e idealismo de Ziauddin y Malala Yousafzai…

La historia del filme discurre por un original relato pleno de autenticidad, realismo y verismo -claves esenciales de todo documental-. En el se intercalan diferentes pasajes de pinturas animadas para reconstruir, rememorativamente, hechos de los que no fue posible contar con imágenes reales en el momento de la realización del filme sin tener que recurrir, por tanto, a la representación…


Davis Guggenheim, presenta el filme Él me llamó Malala.

Guggenheim ha logrado plasmar con fidelidad en la historia, el excepcional idealismo de Padre e Hija, en su denodado activismo por la educación igualitaria de las niñas, iniciada en la región pakistaní del Valle de Swat, donde los talibanes pretendían mantener relegada en la ignorancia a la mujer…

El nombre de Malala y el título del filme, ya son una expresiva y metafórica alusión a referido idealismo…

-El personaje Malalai, que se esboza al inicio del filme, en pinturas animadas, es el de una heroica “Juana de Arco”, a quien se debe, según cuenta su leyenda, la victoria de las tropas afganas, en la Batalla de Maiwand, 1880, en su lucha por la independencia de Inglaterra. La historia de Malalai, figura con ejemplaridad didáctica en la generalidad de los libros de texto de Afganistan-.

Por ese ejemplar e histórico personaje del país vecino Afganistán, puso Ziauddin el nombre de Malala a su hija; señal evidente del espíritu idealista del progenitor… Espíritu que Malala, está claro, lleva en sus genes y que le ha motivado a decir: “Él me llamó Malala, pero no me ha hecho Malala…”

-Significativa referencia ésta, a la que alude el título del filme, por el espíritu y carácter idealista de la adolescente…-

Malala, aún niña, con tan sólo diez años, con el pseudónimo de Gul Makai, ya escribía y denunciaba en un blog para la BBC, las barbaries que sufría la región de Swat controlada por los talibanes, donde destruyeron centenares de escuelas…

Sus infantiles, pero inteligentes, graves y rebeldes denuncias -que contaron en todo momento con el apoyo de su padre y maestro, con quien siempre se ha sentido muy unida e identificada-, desataron la ira de los talibanes y dieron lugar al atentado, que también sufrieron sus amigas y compañeras de estudios Shazia Ramzan, Kaina Riaz…


Ziauddin, maestro y padre de Malala, como bien ilustra el filme, fue siempre el apoyo de su hija.

El activismo de Malala en defensa de la educación igualitaria global de niñas y niños, no sólo ha sido reconocido con el Premio Nobel de la Paz, sino que ha tenido también importantes reconocimientos como: Premio Infantil Internacional de la Paz, Premio Embajador de Conciencia de Amnistía Internacional, Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia, Premio Convivencia de la Fundación Manuel Broseta de Valencia, Premio Internacional de la Generalidad de Cataluña…

Aunque el filme -en inglés, subtitulado en español-, no ha permanecido suficientemente en nuestras carteleras, recomendamos a educadores su versión online o la pronta edición en dvd.

Francisco Montero.

lunes, 26 de octubre de 2015






ODA A MI PADRE


-Cartel español del filme-

La historia lo refrenda, no hay más fatídicos elementos de desunión, división, separación…, que las ideologías y las políticas…

Los políticos maquiavélicos y locos, empeñados en el poder a toda costa, son, sin duda, amparados en las pretendidas bondad y certidumbre únicas de sus ideologías, quienes más daños provocan y causan a la humanidad, a la sociedad…

Las guerras entre países o civiles y sus terribles consecuencias no suelen ser sino los catastróficos y desastrosos resultados de las ideologías y las políticas, del afán de poder…

Repasemos los anales de la historia, cuyas lecciones nunca se aprenden…

Los éxodos y desintegraciones familiares provocados por las guerras, en Occidente, en nuestro propio país, o en Oriente Próximo o Lejano -España, Siria, Corea…- gritan, hablan bien alto de lo referido.

Más tarde, todo lo que unió la vida -la familia, por ejemplo-, y separaron las ideologías y las políticas, tenderá a su reencuentro…

Hoy, frente al terrible éxodo y desintegración familiar de Siria, son extraordinariamente emocionantes los recientes reencuentros de las familias coreanas que quedaron rotas en la anterior década de los años cincuenta, por el éxodo y la guerra que dejó dividido al país en Corea del Norte y Corea del Sur…

Pues bien, este es también el emotivo tema que trata el interesante filme Oda a mi padre del realizador coreano Je-Kyoon Yoon…

Dramática y expresiva imagen del éxodo coreano del filme Oda a mi padre.

El épico argumento de Oda a mi padre, es, simultáneamente, muy sencillo y muy complejo… Es la sacrificada historia -de sesenta años- de una familia separada por la guerra, que volverá a reencontrase… En ella, un niño, al perder en la avalancha del éxodo a su padre y a su hermanita más pequeña, promete que cuidará a la familia…

El filme es la historia de citada promesa... Es la humanísima historia de un sacrificio personal por sacar adelante a una familia…

En ella, una vez más, un Cine Oriental preocupado por valores humanos esenciales -de la familia, en Oda a mi padre-, da una lección al Cine de Occidente, distraído generalmente en los entretenimientos y las futilidades…

El Cine Coreano no es muy conocido en occidente y menos aún en España, donde filmes como el que se reseña duran muy poco en cartelera, a pesar de los denodados y admirables esfuerzos de su arriesgada distribuidora European Dreams Factory -persistentemente empeñada en traer a nuestro país Cine de Valores Humanos-.

Últimamente, a fin de divulgar el Cine de Corea en los países de habla hispana, el Centro Cultural Coreano de Argentina ha organizado el Festival de Cine Coreano “Han Cine” en Buenos Aíres que ha tenido un notable éxito. Unos años antes, la cinematografía coreana, tuvo un importante reconocimiento en el Festival de Cine Asiático de Nueva York.

Un genial embajador del Cine Surcoreano en occidente es Kim Ki-duk, quien, con filmes como Primavera, verano, otoñó, invierno… y primavera -Las estaciones de la vida-, Samaritan Girl -Por amor o por deseo-, Hierro -El espíritu de la pasión-, Piedad… -en los que trata sus temáticas humanistas desde la espiritualidad y la filosofía del taoísmo-, ha obtenido los más importantes premios y reconocimientos de los Festivales de Cine de Berlín, Cannes, Venecia…


El realizador Je-Kyoon Yoon, más conocido como JK Yun.

A Kim Ki-duk se une ahora el guionista y realizador Jk Youn, quien, con una breve filmografía de una decena de filmes, como Sexis zero -comedia universitaria-, Haeundae -los desastres de un tsunami-, y sobre todo Oda a mi padre, viene llamando la atención internacional.

El filme Oda a mi padre, con el que JK Youn demuestra extraordinaria habilidad para tratar temas complejos de valores humanos y sociales, ha sido distinguido con los reconocimientos: Premio Especial del Público en el Festival Chunsa del Arte del Cine en Corea, Premio del Público en el Festival de Cine de Extremo Oriente de Udine (Italia), nominación a Mejor Película en el Festival de Cine Asiático de Hong Kong (República Popular China)…

Entre los mejores valores del filme destacan: el guion de Soo-jin Park, minucioso y muy rico en matices expresivos, confiriendo credibilidad e historicidad al relato; el dramatismo y caracterización psicológica y evolutiva de los personajes, desde la infancia y los años jóvenes hasta la senectud -sobresaliendo las interpretaciones de los protagonistas Jung-Ming Hwang, en el papel de Duk-soo, quien a lo largo de toda su vida se sacrifica por cuidar a la familia, junto a su esposa, que interpreta Yunjin Kim-; los grandes planos generales de movimientos de masas y situaciones…


Hermoso y poético plano general de contrastes, en el que el anciano matrimonio rememora su vida y su pasado.

El filme Oda a mi padre está narrado como flash-black, o salto atrás en el tiempo, en el que, como si se tratase de un metamórfico poema épico -simbolizado por una mariposa que revolotea por una terraza, por la ciudad, por la actualidad…-, se relata una hermosa aventura cotidiana de hoy, la de sacar adelante a una humilde familia de refugiados que lo han perdido todo por la guerra.

El tema esencial del filme no trata de un fantasioso superhéroe de míticas e insólitas aventuras, sino de la lucha cotidiana de un modesto trabajador concienciado del deber de sacar adelante a su empobrecida familia, una gran proeza de hoy…

Para estos momentos de terribles éxodos de refugiados que huyen de las guerras, el filme es muy aleccionador y de extraordinario interés…

Francisco Montero.

domingo, 6 de septiembre de 2015







¡AYYY, AYLAN…!

-¿Imagen para un cartel de cine?-

Desde la lejana costa turca de Bodrum en el Mar Egeo, llegaron hasta mis oídos los desgarradores gritos de terror de los pequeños Aylan y Galig Kurdi pidiendo auxilio: ¡Papáááááá… Papáááááá… Papáááááá…! Tras escapárseles a Abdulá Kurdi de las manos, y caer de la barcaza hinchable, en la que huían de los jinetes del apocalipsis…

Hasta esta ancestral tierra de Al-Andalus, donde se fraguó el inalcanzable sueño del diálogo de civilizaciones, culturas, religiones, y del entendimiento entre los hombres, llegaron los desesperados gritos de los pequeños Aylan y Galig, siendo inmisericordemente engullidos -y luego vomitados, para vergüenza del mundo- por un Mediterráneo, que no une ni costas, ni países, ni gentes, sino que los separa…

¿No oíste tú también los gritos y los estertores de agonía de los pequeños…?

¿No los oyó ese Dios Omnipotente, a quien teatralizan las religiones y las iglesias mediterráneas, como a un Buen Padre que ama sobremanera a sus hijos más pequeños…?

Si ese Dios Todopoderoso no es sólo ficción del teatro humano, acaso, sí, los oyera y mutara su agonía por una felicidad inasequible para nuestros conocimientos y conciencias…

Cuando ya es tarde para la familia Kurdi -los pequeños Aylan y Galig y su madre Rehan, quienes acariciaron el sueño de una tierra prometida que no existe-, ahora, ante los gritos de denuncia de la reportera Nilufer Demir, quien captó con su cámara las trágicas e impresionantes imágenes que han conmocionado al mundo, una vez más en los parlamentos y las iglesias resuenan estridentemente los “bla, bla, bla…”, pero ¿y las preventivas soluciones eficaces…?

Kilómetros, kilómetros, kilómetros… de mortíferas alambradas de concertinas -que no se ponen ni en las cercas a las bestias, a los ganados-, han sido hasta la tragedia del pequeño Aylan, las soluciones de los parlamentos, sin que las iglesias se hayan plantado en una persistente huelga de hambre ante ellos…

Menos mal que en la turística playa de Ali Hoca Burnu, la foto reportera Nilufer Demir, puso su grito en el cielo y levantó acta de una tragedia que no es sino una pequeña punta del enorme, helado y duro iceberg de las impuestas y obligadas migraciones por el hambre, la guerra, la muerte, la desesperación…

"Ya no podía hacer nada por Aylan, sino que su grito se oyera en el mundo", ha declarado Nilufer Demir.

Una vez más, la inhumana realidad ha dejado patente que una imagen puede tener más fuerza que millones y millones de descomprometidas palabras… Ahora, los responsables políticos y religiosos, empujados por la incontenible fuerza de las conciencias ciudadanas, no tienen otra opción que apoyar -¿electoralistamente y de mantenimiento en el poder?- soluciones…

Dónde estaban hasta la muerte de Aylan -símbolo de las graves tragedias que aquejan a nuestra sociedad, al planeta…-, las descomunales organizaciones mundiales: la Organización de las Naciones Unidas, ONU, con unos Derechos Humanos que ni muchos países ni iglesias han refrendado, con unas políticas para la paz y el desarme, a cuyas espaldas países miembros que se dicen “apostólicos”, siguen vendiendo armas que alientan el poder, las guerras, las muertes, las devastaciones, los éxodos…; la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura, UNESCO, con unas políticas que no han conseguido aún implantar universalmente los principios de educación y cultura de humanización social…; la Comunidad Económica Europea. CEE -Económica pero poco Social-, cuyos veteranos y soberanos países lideraron ancestralmente el saber, la ciencia, el progreso, el desarrollo… -¿Y la humanización…?-

¿Cómo es que tan poderosas organizaciones internacionales, no han conseguido atajar de raíz los desmanes de los locos de la guerra y evitar los inhumanos éxodos…?

España, que enarboló internacionalmente la bandera de la defensa de los derechos humanos, sin ir más lejos, hace algo más de un año reformó y descafeinó su ley de Justicia Universal, dando mal ejemplo al mundo para el enjuiciamiento de los locos criminales de la guerra…

“¿Si la sal se vuelve insípida quién la salará…?”


Artistas de todo el mundo han interpretado el sueño de Aylan...

Está claro que la autoría de las muertes de Aylan, Galig, Rehan… tiene nombres y apellidos: el de no hervirnos a todos la sangre, nuestra insolidaridad, nuestro silencio…

En estos cruciales momentos de cuestionamiento de la tragedia de los refugiados, me encuentro en Córdoba con un afamado filósofo, admirador de la gran obra del pensador Roger Garaudy, que con tanta contundencia denunció la deshumanización planetaria…

Viene buscando revisar un trabajo del enérgico pensador sobre La Humanización del Hombre, que le patrocinó, precisamente, la UNESCO…

Ha visitado en nuestra ciudad, -para Garaudy, Capital Universal del Pensamiento Unitario- la Torre de La Calahorra, su anterior Fundación para el Diálogo de Civilizaciones y Culturas, y no ha encontrado indicado trabajo…

Contrariado, reprocha: “¡Ya no es Fundación Roger Garaudy, sino Paradigma… Sí, como la Mezquita, ¿paradigma de qué?... de un negocio turístico…!”

Calmo su alterado ánimo, y, en cuestión de su búsqueda acerca de pronunciamientos enérgicos sobre la humanización del hombre, incidimos en la actualidad: de la tragedia de la familia Kurdi, del éxodo de guerra, de los refugiados…

¿Acaso, algún niño, salvo su dolor de estómago o enfermedad, pueda creer que el éxodo es una aventura, un juego...?

-¿Puso la Creación a los hombres de buena voluntad, concertinas en sus caminos…?

-Mientras haya una sola cuchilla en esos caminos, una organización que se dice social y la consienta, sólo será una jauría de lobos…

-Numerosos argumentos y guiones sabemos se preparan ya para la realización del trágico filme ¡Ayyy, Aylan…!

Francisco Montero.

jueves, 6 de agosto de 2015






RETRATOS DE FAMILIA

-Cartel español del film.-

Es bien sabido que las grandes espiritualidades humanistas nacieron e intentaron difundirse por el mundo desde Oriente…

Como reverso, a Occidente, y más en concreto a Europa -Comunidad Económica Europea, que mejor hubiera sido Social en lugar de económica…-, se debe el terrible Caballo de Atila del mercantilismo -antes colonialismo-, que tantos estragos viene causando en el mundo…

A la casta mercantilista, que tanto alardea hoy de su progreso y desarrollo, enquistada en sus maquiavélicos poderes y endiosada en su falaz superioridad, le cuesta sobremanera aceptar el multiculturalismo y los grandes valores de otras gentes y latitudes, siendo la causante de los grandes estragos sociales, crisis, que nos viene azotando…

Hacemos estas concisas referencias a título de preámbulo, para un mejor entendimiento del precioso y aleccionador filme oriental de Singapur, titulado originalmente Ilo Ilo, que reseñamos…

La cosmopolita Republica de Singapur -integrada por más de sesenta islas-, aun siendo de los países más pequeños del sudeste asiático, es uno de los de mayor renta per cápita del mundo, siendo también de los primeros en eficacia política, educación, sanidad…

Pero como en todos los países, en los que se han dejado riendas sueltas el liberalismo mercantilista, la crisis económica ha desatado también en él sus secuelas sociales, familiares personales…

Habiéndose basado en ellas el joven cineasta Anthony Chen, para realizar su primer aleccionador filme Retratos de familia, acerca de una pequeña familia que sufre esas secuelas, e insistir en el bello tema y lema de motivación personal: “La esperanza vive dentro de ti…”

Aunque pueda resultar una observación introductora muy simplista, conviene argumentar que, mientras en occidente el cine anda entretenido en intrascendentes filmes de acción, evasión, estrellas, ídolos…; en oriente viene destacando hoy un cine de reflexión y trascendencia acerca de los valores humanos, espirituales, éticos, morales… Siendo por ello, que sus filmes destacados suelen ser reconocidos con los premios más importantes en los principales festivales cinematográficos de todo el mundo.

Anthony Chen, Premio Cámara de Oro por Retratos de familia, en el Festival de Cannes, 2013.

Retratos de familia -que originalmente tiene el título de Ilo ilo, haciendo referencia etimológica, parece ser, a la significación de “herencia histórica recibida”, a la que aluden los nombres homónimos de una de las provincias y su capital, de citadas islas-, es muestra fehaciente de indicado reconocimiento internacional al buen Cine de Oriente…

El filme, por su interesante temática, en estos momentos de crisis generalizada mundial, obtuvo el prestigioso Premio Cámara de Oro en el Festival de Cannes, 2013, aunque a España nos ha llegado tímidamente, dada sus escasa comercialidad, dos años después.

Con una decena de cortometrajes en su historial, el cineasta Anthony Chen -formado profesionalmente en la Escuela Nacional de Cine y Televisión de Inglaterra-, ya despertó el interés internacional, llegando a considerársele por la revista Variety, en 2013, entre los diez mejores directores de cine del mundo; siendo también considerado en Estados Unidos como uno de los más prometedores talentos culturales de hoy…

Con su largometraje Retratos de familia, Chen ha rehuido las formas habituales de hacer cine de acción y evasión en occidente, adentrándose y renovando las conocidas corrientes del cine realista -neorrealismo italiano, realismo social norteamericano, realismo latinoamericano…-, para narrar una historia muy alejada del espectáculo, y muy próxima e incisiva en lo cotidiano y humano…

Retratos de familia, viene a ser una muestra ejemplar de auténtico y puro humanismo cinematográfico…

Una escena de la familia Lim en el filme.

Aunque el filme pueda parecer un tanto trivial en una lectura denotativa o superficial del mismo, es extraordinariamente sutil y profundo en el tratamiento psicológico de las situaciones y vivencias de los personajes…

Su temática acerca del deterioro de una familia normal, venida a menos a consecuencia de la crisis económica, la pérdida del trabajo, la reducción de recursos para subsistir…, los traumas que vive el matrimonio y las secuelas que afectan al hijo, trastornando sus personalidades… -tal como ocurre en tantos lugares del mundo, en los momentos actuales-, trata con coherencia, lógica, naturalidad y sin ningún efectismo manierista, las situaciones…

Ilo ilo -aludiendo a las circunstancias que impone una sociedad mercantilista y deshumanizada, pero que se vanagloria de su alto índice de progreso y desarrollo-, es un lúcido y expresivo espejo de las demoledoras situaciones que ahora sufren tantas y tantas, demasiadas indefensas familias…

Además del Premio Cámara de Oro en Cannes, el filme ha obtenido una veintena de importantes reconocimientos mundiales, entre los que destacan: Mejor Película en el Festival de Cine del Pacífico (Rusia), Gran Premio del Jurado, Premio FIPRESCI y Premio Internacional del Jurado Ecuménico en Cinefest (Hungría), Premio Mejor Narración en Filadelfia (EE.UU.), Mejor Película en el Festival de Cine Molodist (Ucrania), Premio Nuevo Talento en el Festival de Cine de Hon Kong (Asia), Premio del Público en el Festival de Tokio (Japón), Mejor Película en el Festival de Dubai (Emiratos Árabes Unidos), Mejor Director en Festivales de India, Taiwan, Australia…

En España, el filme se presentó a Concurso en el Festival de Cine de Gijón, 2013, sin tener ningún reconocimiento especial... Comercialmente se distribuye en 2015 y en muy pocas capitales y cines del país…

-¿Son necesarios los comentarios acerca de la cultura cinematográfica española…?-

Koh Jia Ler -Jiale- y Angeli Bayani -Terry-, en una escena del filme.

Aunque han sido premiados también, por su interpretación en el filme: la veterana actriz Yeo Yann Yann -Esposa Lim- y el pequeño Koh Jia Ler -Jiale-, entendemos de mayor interés, tanto en el guion como en su interpretación, el papel de Angeli Bayani -Terry-…

El papel de Terry, emigrante filipina y sirvienta de los Lim -antes de que la familia viniera a menos-, quien conseguirá, con su espíritu de sacrificio, trabajo y valores humanos, imbuir esperanza al matrimonio y transformar positivamente al pequeño Jiale, es esencial en el filme.

Retratos de familia, es, en definitiva un bello filme sobre la angustia y la esperanza. La angustia impuesta por una política y una economía nefastas, en la que la vida de tantas gentes que no pueden salir adelante pierde su sentido; y la esperanza de que un futuro mejor es posible con el sacrificio, el esfuerzo, el trabajo…

Francisco Montero.

lunes, 6 de julio de 2015






LOS CABALLOS DE DIOS

-Cartel español del film-

Acaso, desde que en 2012, en el Festival Internacional de Cine de Valladolid, España, -que tradicionalmente premia los mejores filmes de valores humanos-, Los caballos de Dios, obtuviera el máximo galardón de su Espiga de Oro a la Mejor Película, hasta su estreno en los cines españoles en 2015, el filme haya dormido en nuestro país un sueño injusto…

Pudiera ser que los recientes atentados del terrorismo islámico en Túnez -al tratar el filme de Nabil Ayouch que se reseña, este escabroso tema-, hayan influido en la decisión de su estreno en algunas ciudades españolas, superando el escaso interés comercial del filme.

La también reciente prohibición en Marruecos de Much loved, el último y polémico filme del realizador Nabil Ayouch, sobre la prostitución en este país, es otro hecho que pudiera haber influido en la decisión de citado estreno de Los caballos de Dios, en unas fechas estivales poco propicias para ello…

Para una mejor reflexión sobre el controvertido filme de Ayouch, es conveniente remitirse antes a la novela original Las estrellas de Sidi Moumen, del polifacético artista Mahi Binebine, en la que el filme está basado…

Las estrellas de Sidi Moumen -cuya edición en francés, contribuyó a que el filme tuviera una exitosa acogida en el Festival de Cine de Cannes, siendo distinguido con el prestigioso reconocimiento “Un Certain Regard”, 2012-, inspirada en los terribles atentados suicidas perpetrados en Casablanca en 2003, centra su atención en el hecho de cómo unos jóvenes sin futuro se convierten en terroristas y mártires…

El argumento de la novela y del filme es tremendamente demoledor, pero profundamente humano; en el pobre barrio chabolista de Sidi Moumen, en la periferia de Casablanca, muchos jóvenes, como ven en la televisión extranjera, sueñan con llegar a estrellas de futbol; la falta de formación y posibilidades, la abrumadora realidad de la miseria que les rodea, la falta de un ilusionante futuro, destrozarán sus sueños y les harán presas fáciles del proselitismo religioso yihadista…

Y ellos, alienados y convencidos de que al inmolarse no tendrán mayor sufrimiento que el de una picadura de avispa, en un corto galopar de caballo, como “Caballos de Dios”, llegarán al Paraíso…

Mahi Binebine, Premio de Novela Árabe, 2010,  por Las estrellas de Sidi Moumen.

Constantes comunes de la obra del escritor, pintor y escultor marroquí Mahi Binebine, son: la miseria, la falta de libertad, la opresión, el sufrimiento…

Como declara el artista -dolido de que el islam aún desapruebe la representación de las personas en el arte y por las interpretaciones equivocadas que se hacen de El Corán-: “mi obra es un alegato contra la inhumanidad y muy especialmente la que sufre mi pueblo islámico…”

Pateras atestadas que zozobran, niños, embarazadas y jóvenes, ateridos y aterrados, que engulle la mar embravecida, crucifixiones en cruentas alambradas, deportaciones inhospitalarias, el terrorismo, el sufrimiento de los oprimidos…, son temas de sus novelas, pinturas y esculturas…

Algunas de las ocho obras literarias más conocidas de Binebine han sido traducidas a una decena de idiomas, destacando: El sueño del esclavo (1992), La sombra del poeta (1997), La patera (2000), El polen (2001), Las estrellas de Sidi Moumen (2009)…

Sus prolíficas pinturas y esculturas han sido expuestas en más de una veintena de países y galerías internacionales, en exposiciones individuales y colectivas, figurando en numerosas colecciones privadas, museos y centros de arte como: Guggenheim de Nueva York, Museo de Marruecos, Sociedad General Marroquí, Fundación Lamal Kazaar…

Mahi Binebine, con su expresionismo simbolista, está considerado internacionalmente como uno de los más representativos artistas de vanguardia, por su comprometida obra testimonial y de denuncia social…

No siendo de extrañar, por tanto, que otro gran artista marroquí, cineasta internacional, como es Nabil Ayouch, muy comprometido con su tierra y sus gentes, se interesara por la novela Las estrellas de Side Moumen para llevarla al cine…

Nabil Ayouch, director de Los caballos de Dios.

De ascendencia marroquí, aunque nacido en Francia -en cuyo país se ha formado como cineasta-, Ayouch, ha desarrollado una interesante obra como promotor de organizaciones sobre la comunicación -Grupo de Cineastas Marroquíes, Coalición Marroquí para la Diversidad Cultural…-, guionista, realizador y productor de cine y televisión, entre ambos países.

En su decena de premiadas realizaciones, destacan los filmes: Piedras azules del desierto (1990), El silencio del vendedor (1991), Un minuto de sol y menos (2003, para televisión), Mi tierra (2011), Los caballos de Dios (2012) Muy querido (2015)…

Su obra ha obtenido los reconocimientos: Premio Ecuménico en el Festival de Cine del Mundo (Montreal), Primer Premio en el Festival de Cine Africano y Gran Premio del Festival Nacional de Cine (Marruecos), Premio del Festival de Cine del Mediterráneo (Bruselas), Premio del Público en el Festival de Amiens (Francia), Espiga de Oro en el Festival de Cine de Valladolid (España)…

Su cine, descriptivo y realista, tanto de las situaciones como de los personajes, trata con extraordinaria minuciosidad los ambientes y la introspección en la psicología de sus personajes, siendo su caracterización muy rica en complejos estados de ánimo, sensaciones, emociones…

Descriptiva escena del filme, niños sin futuro, que sueñan con ser estrellas de futbol...

La expresiva frase que reza en el cartel del filme “Nadie nace mártir”, evidencia su contenido; son las circunstancias de miseria, sufrimiento, falta de futuro -confrontadas con otras sofisticadas realidades bien distintas, como presentan los medios de comunicación-, las que poderosamente contribuyen a que se forjen alienados terroristas y mártires…

Ni la novela de Benibeni, ni el filme de Ayouch, adoptan un criterio moralizante del tema; lo exponen con crudeza y concitan con inteligencia el criterio del lector y el espectador…

Si las religiones no prometieran un “Paraíso” -al no poderse demostrar su existencia-, seguro habría menos inmolaciones y menos mártires… Nuestro paraíso seguro, es trabajar por la felicidad solidaria de todos, en nuestra casa común, nuestro planeta…

El filme nos ha rememorado la ejemplar tarea del emprendedor Don Bosco -hoy Patrono del Cine-: la creación de las primeras escuelas de formación profesional para ofrecerles a los jóvenes de las periferias de Turín una formación, un futuro, y evitarles caer en las redes del vicio y la delincuencia…

Francisco Montero.

sábado, 6 de junio de 2015






LA ISLA DEL MAÍZ

-Cartel español del filme-

Hace tres décadas, durante varios años, en un diario de gran acogida social, seguíamos asiduamente una curiosísima contraportada minimalista de prosa poética, titulada “Imágenes para imaginar”…

En ella, como en todo ejercicio de arte y ensayo minimalista, que reduce la comunicación y la expresión al mínimo, o sea a lo “esencial”, el autor a partir de una imagen significativa, sugerente, metafórica…, realizaba sencillas pero profundas y entrañables reflexiones poéticas, plenas de sensibilidad, humanismo…, invitando al lector a implicarse personalmente en ellas.

Aquellas metáforas de imágenes y palabras, fueron reconocidas con el Premio de Prensa del Año Mundial de las Comunicaciones, 1985…

Desde entonces, en los medios de comunicación, no habíamos encontrado un ejercicio de arte y ensayo, poético, espiritual…, de implicación personal y social, similar…

Pues bien, el insólito y singular filme La isla del maíz, del joven guionista y realizador georgiano George Ovashvili, ha sido hoy ese feliz encuentro con la pureza y la esencia del "arte de bellas artes" -que es el cine- y la poesía…

Ovashvili, hasta ahora poco conocido en los medios cinematográficos occidentales, se graduó en el Instituto de Cine y Teatro de Georgia, completando su formación en la Academia de Cine de Nueva York y en los Estudios Universal Pictures de Hollywood.

En los medios artísticos se inició como actor teatral y director de teatro para niños. En esta actividad, adquirió su experiencia de conseguir con recursos mínimos los mayores resultados expresivos…


George Ovashvili, director de La isla del maíz.

Con sólo media docena de realizaciones y numerosos reconocimientos y premios, como guionista o director de televisión y cine, en cuyo historial destacan los títulos A la altura de los ojos -cortometraje-, La otra orilla, La isla del maíz, Khibula -en realización-, Ovashvili, viene efectuando una heroica tarea, en un país como Georgia, en el que, tras su separación de Rusia, sólo se producen dos o tres películas anuales.

Para realizar el filme La isla del maíz -de narración cinematográfica inusual, atípica, y negadamente comercial-, Ovashvili, se enfrentó a la dura tarea de buscar su producción en Georgia, Kazajistan, República Checa, Alemania, Francia…; esfuerzo que posteriormente redundó en que el filme fuera seleccionado como Mejor Película de Lengua Extranjera a los Oscar, y obteniendo el prestigioso Premio Globo de Cristal en el Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary de la República Checa, considerado entre los más importantes Festivales de Cine de Europa, de valores artísticos, humanos, sociales…

El argumento literario de La isla del maíz -para estos babélicos tiempos de desmesurada e insubstancial verborrea en la comunicación humana y social y en todos sus medios- es bien sencillo, pudiendo parecer muy simple: “En una minúscula isla en medio del cauce del río Inguri, que hace de frontera natural entre Georgia y la separada Abjasia, un anciano abuelo, acompañado de su nieta adolescente, decide cultivar maíz…”

Contrariando su argumento, iconográfica y poéticamente, el filme es de una extraordinaria riqueza expresiva, pletórica de metáforas y sugerencias, que implican al espectador y parecen buscar que éste sea quien dé explicación, a las profundas reflexiones que el filme esboza, sugiere…

Mariam Buturishvili -Nieta- e Ilyas Salman -Abuelo-, en una imagen del filme.

En el filme, en el que -extrañando al espectador común- no aparece ni un solo diálogo en su primera media hora, la Nieta, a su llegada al pequeño islote que se ha formado en los aluviones del río, pregunta al Abuelo, ¿A quién pertenece esta tierra…? Y éste escuetamente responde: Al Creador…

Las alusiones y el cuestionamiento del sentido humano y social de la propiedad y del conflicto de pertenencia, y la separación entre Georgia y Abjasia, resultan evidentes…

La siembra, germinación, cultivo y recogida del maíz, en el minúsculo universo personal de un anciano, de vuelta ya de todo…, sólo es la metáfora de un ciclo de vida -primavera, verano, otoño, invierno…-, en medio de un río, cuyo incontrolable caudal, que desemboca en el Mar Muerto, lo arrasará todo…

La Nieta adolescente, con su modesta muñeca de trapo, mudo pero expresivo testigo poético de la niña humilde que se hace mujer, sin padres protectores, será la metáfora del futuro incierto, de una dura vida por delante…

Los militares que desde una orilla del río, escudriñan, lascivos, con sus prismáticos a la adolescente, o los del ejercito contrario que se beben con saciedad el vino que le exigen al abuelo, será la metáfora de los armados, desalmados, que lo controlan todo: naciones, países, el planeta…

Cada secuencia, cada escena, cada plano de La isla del maíz, más que narrar, sugiere, evoca, incita a la reflexión…

Como buen cineasta, convencido de que una imagen puede expresar más que una tropelía millonaria de palabras, Ovashivili, nos ofrece un filme original y extraordinariamente visual…

Su evocación del olvidado realismo mágico, del Cine Ojo, de la Escuela Documental Rusa, de Dziga Vértov, se hace patente en el filme…

Introspectiva y poética imagen del filme.

Como cine esencialmente visual, con frecuencia, en los planos, los personajes se miran incisivamente, lo que no se dicen con palabras, lo expresan con sus intensas y escudriñadoras miradas, que intentan penetrar en el alma del otro… Qué se intuye, qué se siente, qué se piensa en esos dos mundos personales tan distintos y distantes, unidos pero separados, por la edad, las vivencias, las experiencias, su naturaleza de hombre y mujer, de anciano y niña…

La isla del maíz, es un filme sutil y a la vez duro en las vivencias de los personajes, atenidos a unas circunstancias mínimas de supervivencia, sitiados por una naturaleza, un mundo, que más que tierra prometida o idílico paraíso -como son las paradisíacas y turísticas Islas del Maíz nicaragüenses; contradicciones-, es un medio agreste y hostil, como los agresivos militares que allegan al islote en su caza humana del adversario, el enemigo… Como suele ser la vida para la mayoría de las gentes y en cualquier lugar…

La insolidaridad y la guerra, entre Georgia y Abjasia, entre cualquiera de los países del planeta, las luchas por el poder, las propiedades y las pertenencias, aunque ausentes están presentes…

Pura, pero dura poesía visual, cine en esencia…
Francisco Montero.

martes, 5 de mayo de 2015






MUCHO MAS QUE MIEL

-Cartel original del film-

El genial científico Albert Einstein, dijo, profetizó: “Si la abeja desapareciera del planeta, el hombre no viviría más de cuatro años; sin abejas no habría polinización, ni plantas, ni animales, ni hombres…”

Es conocido el principio sagrado de la ecología que asevera: “Cuando alguna especie de los reinos de la naturaleza, animal, vegetal o mineral, desaparece, significa que también el hábitat se vuelve peor para el hombre…”

Con toda seguridad, el primer mandamiento o principio sagrado de la ley natural sea: “Amarás a la naturaleza, al planeta, tu hábitat de vida, tu casa, como a ti mismo…”

Es el mandamiento que viene incumpliendo sistemáticamente el capitalismo salvaje explotador y depredador, y es la filosofía que inspira el bellísimo filme que se reseña…

A medida que se hacen más patentes el cambio climático y las tragedias naturales de maremotos, terremotos, deshielos, aluviones… -provocados por las desequilibradoras agresiones del hombre al planeta: profundas perforaciones y extracciones que alteran su interior, emisiones de gases que alteran su atmósfera exterior…-, quienes aman a la naturaleza y practican la religión y espiritualidad de su sagrada conservación, toman también conciencia de su responsabilidad personal, social, universal…

Es el elocuente caso del realizador Markus Imhoof y de su expresivo filme documental de valerosa denuncia y magistral educación Mucho más que miel

Markus Inhoof, director de Mucho más que miel.

El realizador suizo Imhoof, nieto de un apicultor, e hijo de padre y madre profesores, nacido en Winterthur -donde ellos ejercieron la docencia-, qué duda cabe corre por sus venas el amor a las abejas y por la educación; vocación que ha trascendido a su hija, bióloga e investigadora sobre el mundo de las abejas y colaboradora en el filme.

Imhoof, cuenta en su historial con una nutrida e intensa trayectoria como guionista y director de cine, teatro y ópera. Como dramaturgo ha dirigido una quincena de importantes obras teatrales y operísticas entre las que destacan: Cuentos de los bosques de Viena, Hamlet, Los maestros cantores de Nüremberg, La Gaviota, Lucía de Lammermoor, Ricardo II

Como cineasta, guionista o director de cortometrajes, documentales y largometrajes argumentales, cuenta asimismo con una quincena de realizaciones, entre las que sobresalen: Ormenis, Pintores y escultores suizos, Usted es lo que come, El barco está completo, Pequeñas ilusiones, Fuego en el paraíso, Mucho más que miel

Por su obra cinematográfica, ha obtenido importantes y numerosos reconocimientos y premios: Premio de Cine de Zurich y Medalla de Plata en el Festival Internacional de Cine de Venecia -por el documental Ormenis, filme satírico sobre los militares-; Oso de Plata en Berlín, Premio de la Organización Católica Internacional de Cine y Premio David de Donatello -por El barco está completo, sobre el holocausto y la falta de humanitarismo-…

Su documental Mucho más que miel -que aún sigue obteniendo importantes Premios-, por sus extraordinarios valores, ha sido muy reconocido como documental cinematográfico, ecológico o científico en: Suiza, Alemania, Austria, Inglaterra, Francia, Italia, España, Estados Unidos, Argentina…

Fotograma macroscópico del filme.

Valor excepcional de Mucho más que miel es su fotografía macroscópica -filmada con cámaras especiales de alta velocidad-, para la que se montó un complejo estudio, con abejas de diferentes especies, consiguiéndose tomas de la vida de estos insectos, no superadas hasta el momento.

La fotografía del filme es obra de los especialistas Attila Boa -quien ya contaba con experiencia como fotógrafo de apicultura-, y Jörg Jeshel, veterano fotógrafo de cine con dilatada experiencia.

Jeshel, camarógrafo alemán formado en la prestigiosa Escuela Estatal de Óptica y Fotografía, ha trabajado en documentales y argumentales para la televisión y el cine, destacando en su historial trabajos como: La perla del Caribe, Día del juicio final, Entre la locura y el arte, Berlín 24 h. un día de vida, El nómada del lago, Mucho más que miel… Y ha sido reconocido con el Premio Adolf Grimme Award, uno de los de mayor prestigio de la Televisión en Alemania.

Otro de los excepcionales valores del filme es su elaborado guion, escrito por Markus Imhoof y Kerstin Hoppenhaus, para el que se efectuaron entrevistas y consultas a apicultores de todo el mundo, y se efectuaron minuciosos estudios acerca de los terribles efectos sobre las abejas, de los plaguicidas usados masiva e indiscriminadamente en la agricultura…

Según Imhoof, Estados Unidos, primer productor mundial de almendra, con plantaciones de más de setecientos mil kilómetros de extensión, que serían improductivas sin la polinización de las abejas, con sus grandes fumigaciones de insecticidas, es también, sin duda, el mayor enemigo de estos beneficiosos insectos…

Expresiva imagen de polinización humana manual.

Según se expone en el filme, en China, las fumigaciones con insecticidas en las explotaciones agrícolas intensivas, han terminado con las abejas y tienen que recurrir a procedimientos de polinización humana manual, por lo que numerosos cultivos resultan inviables…

Hoy que el capitalismo salvaje y depredador impera hasta en los países comunistas -ahora que todas las ideologías y doctrinas se encuentran en crisis y devaluación, y que el capitalismo no sólo consiste en la acumulación de riqueza, sino en la obtención de los mayores resultados de explotación en todo-, China, como otros países, al tener que alimentar a enormes masas de población, están llevando sus agriculturas a cotas insostenibles…

Las alarmas están servidas…

Mucho más que miel, no sólo es un filme de valores naturales y ecológicos, sino también trascendentes, humanistas…

Enhorabuena a Markus Imhoof y a todo su equipo de realización, por su filme, tan recomendable a todos los públicos en general y en especial a educadores…

Francisco Montero.