domingo, 15 de abril de 2012

TITANIC

Imagen real del Titanic

“Ni Dios podría hundir este barco…” Cuentan las leyendas que alguien de su naviera dijo acerca de la grandiosidad del transatlántico Titanic…
Pero, como no hay arrogancia ni presunción humana alguna que la fatalidad no doblegue, el 15 de abril de 1912 -hace hoy precisamente un siglo-, el Titanic se hundía tras chocar con un iceberg en las frías aguas de Terranova, en su viaje inaugural desde Southampton a Nueva York. De las 2227 personas que iban a bordo, 1517 perecieron en la tragedia, la peor de las marítimas hasta entonces conocidas…
Desde que sucediera la tragedia, más de una decena de filmes argumentales y documentales han relatado, con mayor o menor fortuna, hipotéticos hechos del infortunio.

Escena del filme de James Cameron

El más grandilocuente de todos, el titulado Titanic, realizado en 1997 por James Cameron y protagonizado por Leonardo DiCaprio y Kate Winslet. Filme que, con motivo del centenario del hundimiento del transatlántico, se ha remasterizado para su visión en 3D.

Cartel de la versión en 3D

James Cameron, productor, guionista y director canadiense de la última versión de Titanic, ha adquirido gran celebridad por haber realizado los filmes más costosos de la historia del cine: Avatar, Titanic, Terminador… Sin una filmografía prolífica, pero sí muy espectacular, grandilocuente y efectista -una veintena de títulos entre los que destacan, además de los citados: Terminator, Aliens, Abyss…-, ha intervenido también como productor o director en la realización de varios documentales como El Éxodo descodificado, La tumba perdida de Jesús o Misterios del Titanic -que precedió al filme que se reseña y al que sirvieron de preámbulo imágenes y pasajes del mismo-.
Por Titanic y Avatar, ha sido muy galardonado con los premios: Oscars, Globos de Oro y BAFTA. -Academia Británica de las Artes Cinematográficas del Cine y la Televisión-, a los mejores guión, director, película, montaje…

Cameron, en la presentación de Titanic en 3D. Londres

Inspirado en la célebre tragedia romántica de Romeo y Julieta de Shakespeare, y tomando referencias de los filmes anteriores sobre el tema, Cameron ha elaborado una sugestiva historia de amor imposible, a la que sus jóvenes y atractivos protagonistas, Leonardo DiCaprio -en el papel heroico de Jack Dawson- y Kate Winslet -Rose DeWitt, una de las supervivientes de la tragedia que mas vivieron para contarla-, han puestos buenas dosis de romanticismo y emotividad.
Como tantas veces ha ocurrido en el cine -o en la realidad-, la superación de las diferencias de clases sociales por los arrebatos del amor, entre los dos personajes protagonistas, -subrayando las culturas y conductas de los tres tipos de pasajeros de primera, segunda y tercera, que viajaban en el barco-, y que determinaron las preferencias de salvamento en el desastre -niños, mujeres, pasajeros de primera…, ya que el buque no tenía botes de socorro para todos-, confiere especial interés social y de subversión al tema.
En la cubierta de 1ª, Rose, y Jack, pasajero de 3ª
Momento idilico de los personajes

El barco de los sueños, uno de los títulos temporales que tuvo Titanic, para preservar su secreto durante el medio año que duró su rodaje, respondió también a ser elemento inspirador de su banda sonora al compositor James Horner. La banda sonora contribuyó sobremanera a la popularidad del filme, y de ella se vendieron más de treinta millones de copias. La cantante Céline Dion, quien interpretó su sentimental pasaje vocal “My Heart Will Go On” -“Mi corazón seguirá latiendo”, o libremente, “Te seguiré amando”-, vendió más de quince millones de copias de su single y obtuvo una enorme popularidad y reconocimientos con el mismo.
La tragedia romántica del filme, que al igual que toda tragedia fílmica, es un excelente medio de catarsis psicológica, personal y social, para superar la abrumadora realidad de crisis mundial en la que se vive hoy, es uno de los elementos claves que ha llevado a sus productores a su nueva versión en 3D.
A la ilusión óptica de movimiento o cinética -esencia del cine, como fenómeno de persistencia retiniana, con veinticuatro imágenes por segundo-, se suma ahora la de la tercera dimensión, basada también en un efecto de física y de ilusión óptica.
Personalmente, no creo que la nueva versión aporte ni más belleza ni más valores artísticos -a no ser los técnicos y deslumbrantes del 3D-, a la versión original.
En definitiva, una conmovedora historia, y una emotiva y bella obra de arte, cuyos numerosos valores estéticos y éticos recomendamos se vivencien y reflexionen…
Francisco Montero.