lunes, 6 de febrero de 2012

    NADER Y SIMIN, UNA SEPARACION

(Leila Hatami -Simin- y Peyman Moaadi -Nader-)

Todas las grandes tradiciones espirituales, preocupadas por los más altos valores humanos, nacieron en Oriente y se propagaron en Occidente… Esta referencia podría aplicarse al filme persa, titulado originalmente “Jodaeiye Nader az Simin” , del realizador iraní Asghar Farhadi, que, por su preocupación humanista, hasta el momento, ha cosechado más de una docena de primeros premios y reconocimientos en los más prestigiosos certámenes de cine occidentales de Alemania, Inglaterra, España, Suecia, Estados Unidos…
En un predominante panorama cinematográfico occidental -y sobre todo, hollywoodense-, cuyas principales preocupaciones son las intrascendentes de la comercialidad espectacular, la acción sensacionalista, el trucaje de los efectos especiales…, filmes de reflexión e introspección en los valores humanos, que dejan huella, como Nader y Simin, una separación, suelen ser una extraordinaria minoría.
Asghar Farhadi, su director y guionista, hasta la fecha, no es un cineasta muy prolífico, pero lo que evita en profusión, lo gana en intención. Con sólo media decena de filmes -Bailando en el polvo, Preciosa ciudad, Miércoles de fuegos artificiales, A propósito de Elly, y el que reseñamos-, ha obtenido un prestigio y un reconocimiento muy especiales. Su cine está siendo considerado como de nueva corriente de Realismo Social -al que preocupan profundamente las relaciones humanas- de trascendencia universal.

Asghar Farhadi

Lo primero que interesa del filme Nader y Simin, una separación, es su elaborado y magnífico guión. Su historia, plena de reflexiones morales -pero no moralista- dice Farhadi, le sobrecogió en Berlín, durante otro trabajo, obligándole a trasladarse a Irán y concentrarse en ella, hasta su realización.

La separación del joven matrimonio de Nader y Simin, aunque transcurre en el contexto de la sociedad iraní, tiene carácter de universalidad y es aplicable a cualquier matrimonio de cualquier sociedad o país. Su trama admite multiplicidad de lecturas y deja abiertas al espectador las soluciones de los muchos problemas sociales, culturales y morales que plantea. En esa originalidad de posibilitar que el espectador se convierta en testigo y conciencia, en intérprete y partícipe clave de la historia, radica buena parte de su interés…
La ruptura del matrimonio de la joven pareja, no sólo consiste en la mera separación de dos personas cuyos caracteres se han vuelto divergentes por sus contrapuestas vivencias individuales, sino que ésta viene a ser la consecuencia de las divergentes y antagónica separaciones imperantes en la sociedad que les ha tocado vivir…
Hay una acentuada separación entre las costumbres ancladas en el pasado y que se encarnan en el anciano abuelo (Ali Asghar), enfermo de alzheimer, quien no cuenta ya con futuro, dependiendo de su hijo Nader; frente a la nieta adolescente (Sarina Farhadi), que tiene toda la vida por delante, y para la que Simin, la madre, desea un futuro mejor fuera de su atrasado país… Es el profundo abismo que separa al pasado del futuro….
Se da una acusada separación entre la acomodada familia da Nader, empleado de banco y sin problemas económicos; frente a la de la familia de Razieh (Sareh Bayat), contratada para cuidar al abuelo, quienes malviven acosados por las deudas… Es la terrible sima que separa a la pobreza de la riqueza…
Se tratan otras muchas separaciones como son las de: la cultura, frente a la incultura; la justicia, frente a la injusticia, la religiosidad, frente a la superchería; la imposición de la violencia, frente al sometimiento desvalido…
Redundando todas ellas en la insondable paulatina separación de dos caracteres extremadamente orgullosos y egocéntricos, que se han vuelto incompatibles…

Sareh Bayat y Sarina Farhadi

Peyman Moaadi, Ali Asghar Shahbazy y Babak Karimi

Farhadi dice que es extremadamente cuidadoso en la elección de su equipo artístico y que este cometido le lleva buen tiempo. Los resultados de este filme demuestran la eficacia de su meticulosa tarea, ya que ambos equipos de actrices y actores, han sido galardonados en conjunto, con sus respectivos Osos de Plata, máximos reconocimientos a la interpretación, del Festival Internacional de Cine de Berlín.
El Oso de Oro obtenido como Mejor Filme, en el prestigioso Festival, avala su consideración como obra magistral, plena de genialidad, de realismo y expresividad, y de valores cinematográficos.
En definitiva, un filme excepcional, emotivo y sugerente, abierto a multiples lecturas y gustos,y que a nadie deja indiferente...
Francisco Montero.