EL OLIVO
-Cartel del film- |
Desde que se adueñó de la Comunidad Europea el liberalismo económico, o mejor dicho el liberalismo político-económico, Europa no tiene ni sombra de la utopía idealista que pretendió ser.
De poco, o nada, le han valido veinte siglos de filosofía griega, veinte siglos de derecho romano, veinte siglos de religiosidad y moralidad católica…
Desde que el liberalismo económico de los Estados Unidos de América se impusiera y sojuzgara a Europa, muchos de los valores ancestrales y tradicionales del veterano continente han sido arrancados de sus raíces….
La regeneración de Europa -que ya no es ni maestra de la vida, ni de la historia, ni de nada-, es hoy tan necesaria como el comer…
Una nueva utopía, un nuevo humanismo, nuevas raíces y ramas, en nuevas generaciones, es hoy la nueva gran esperanza del viejo continente…
Es el tema que trata, en clave de alegoría, fábula y metáfora, el sugerente y emocionante filme El olivo de Iciar Bollain.
Su historia troncal es bien sencilla, pero universal; como ocurre en contadas ocasiones, en la mayor sencillez, radica la mejor riqueza…
“La venta de un milenario olivo ejemplar -para símbolo publicitario de una falsa, especuladora y contaminante multinacional alemana-, por dos hijos arruinados por la crisis, que sólo reparan en el dinero que cobrarán y no en los sentimientos del abuelo por el árbol, sobre cuyas raíces han fructificado su vida, su historia, la de sus antepasados…”; no sólo es la historia de un frondoso árbol milenario, cuya vida se presume significativamente anterior a Cristo, sino que entre su rico ramaje se entrelazan numerosas vivencias humanas, sentimientos, pequeñas grandes historias…
Tampoco es sólo la historia del abuelo que, tristemente, se sume en un profundo autismo e inanición...
La sencilla pero riquísima trama del guion de El olivo, es obra admirable del imaginativo autor Paul Laverty, compañero en la vida real de la directora del filme Iciar Bollain, con quien tiene tres hijos.
Paul Laverty, guionista de El olivo. |
Aunque nacido en Calcuta -de padre escocés y madre irlandesa- el guionista Paul Laverty, quien estudió filosofía y derecho, pronto trabajó para una organización sobre los derechos humanos, interesándose en sus cometidos por el cine del veterano realizador Kenneth Loach, polémico cineasta representativo del realismo social británico, cuya constante temática ha sido la injusticia social y la defensa de los oprimidos.
Laverty, escritor y admirador muy identificado con la obra de Loach, escribió para el maestro, defensor de las clases sociales desfavorecidas, el guion del filme La canción de Carla, 1996, convirtiéndose desde entonces en su principal guionista.
A este primer guion como colaborador de Loach, en el que surgió una buena compenetración con el maestro, siguieron sucesivos trabajos para otros filmes como: Mi nombre es Joe, Pan y Rosas, Felices dieciséis -que obtuvo el premio al Mejor Guion en el Festival de Cine Cannes y la Espiga de Oro en la Semana Internacional de Cine de Valladolid, 2002-…
Dados los éxitos cosechados en la colaboración entre ambos, prosiguieron con otros filmes como: Sólo un beso -premio del Jurado en el Festival de Cine de Berlín y en la SEMINCI de Valladolid, 2004, y premio César a la Mejor película Europea en Francia, 2005-, El viento que agita la cebada -Palma de Oro en Cannes, 2006-, En un mundo libre -premio al Mejor Guion, en el Festival Internacional de Cine de Venecia, 2007-…
La relación de Laverty con Iciar Bollain -quien trabajó para Loach como actriz en el filme Tierra y Libertad, 1995-, se afianza durante el rodaje del filme del realizador británico, La canción de Carla, cuando la inquieta cineasta española, escribe el libro Loach, un observador solidario -Editorial el País-Aguilar, 1996-…
Y se inicia la colaboración profesional entre ambos con su primer filme También la lluvia, 2010, Premio al Mejor Guion del Círculo de Español de Escritores Cinematográficos…
Javier Gutiérrez, Iciar Bollain, Anna Castillo y Pep Ambrós, equipo de El olivo. |
Parece ser que Iciar Bollain se impregna de los valores humanos, el humanismo y las claves temáticas y estilísticas de Loach y Laverty, que aparecen indudablemente con vivacidad en los filmes de la cineasta madrileña: También la lluvia, Katmandú un espejo en el cielo y El olivo…
Bollain, de cuyo cine ya hicimos referencia en esta página, en febrero de 2012, acerca de Katmandú. Un espejo en el cielo, es, sin duda, la cineasta más representativa del cine español actual, por su nueva forma de hacer cine de realismo social y cultural, lejos de los tópicos y lugares comunes, de chanza y pandereta, que han proliferado en el mismo…
Desde que en 1983, a sus 16 años, Bollain debutara como actriz protagonista en el prestigioso filme El sur, de Víctor Erice, la cineasta viene siguiendo una brillante trayectoria; una treintena de filmes como actriz, y siete filmes de largometraje -más otros tantos cortos- como directora, avalan su fecundo historial.
Su filmografía ha sido reconocida con diferentes premios nacionales e internacionales, entre otros: Flores de otro mundo, obtuvo el reconocimiento de Mejor Película en la Semana de la Crítica del Festival de Cannes, 1999; Te doy mis ojos, obtuvo el premio Goya a la Mejor Película, concedido por la Academia del Cine Español, en 2003; También la lluvia, obtuvo más de media docena de los más importantes reconocimientos del Círculo Español de Escritores de Cine…
Simbólico y expresivo fotograma en el que el abuelo enseña a la nieta a plantar un nuevo olivo. |
En las sociedades actuales del liberalismo económico, en las que impera no la libertad individual sino el libertinaje -o pillaje mercantilista-, que somete y esclaviza a las gentes como meras unidades de producción y consumo, poco o nada importan los pensamientos, sentimientos, vivencias personales…; prevalecen el materialismo desenfrenado, el dinero, el consumismo…
Las sociedades del liberalismo económico son sociedades sin espíritu, sin alma…
No siendo mera casualidad, ni trivialidad que la protagonista del filme, Ana Castillo, efectúe la elocuente y preciosa interpretación de la joven Alma…
¡Y qué más se puede expresar…! Evidentemente, El olivo, es un bello y emotivo filme con alma...
Francisco Montero.
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